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Cinco preguntas a los Chuchos

Cinco preguntas a los Chuchos Jorge G. Castañeda26 Mar. 08 Resulta imposible discrepar de las múltiples opiniones vertidas a propósito del cochinero de la elección del PRD. Nada lo justifica ni lo neutraliza: ni el previsible arreglo final (Encinas y Zambrano en la dirección) ni el que los otros partidos no escogen a sus dirigencias así, ni la explicación baladí de que fueron "casos aislados". Donde sí disiento de lo dicho por la comentocracia (con excepciones) es sobre el meollo del problema y la diferencia entre las partes.Sostengo desde hace un par de décadas relaciones cordiales -no digo entrañables- con integrantes de Nueva Izquierda: Ortega, Zambrano, Arce y más. Por otro lado, aunque lo conozco desde 1988, no ha imperado afecto, aunque sí cortesía, entre AMLO y yo. Pero nada de ello obsta para afirmar que más allá de diferencias coyunturales -saludar o no a Calderón, participar en tomas de tribuna o bloqueos- y de una moderación retórica, muy poco separa en el fondo a los dos bandos. Y quienes piden a gritos, con sinceridad o hipocresía, una izquierda moderna, ilustrada y otros adjetivos que se quieran bien podrían reflexionar sobre un dilema: ¿por qué ninguna de las dos corrientes ha podido definirse claramente sobre los pocos pero decisivos temas que hacen la diferencia entre la izquierda que se quiere y la que se tiene?Si los criterios de deslinde son muy abstractos, no sirven; si son sólo coyunturales, carecen de valor estratégico y vigencia duradera. Hay muchos criterios posibles, iniciemos con cinco.1. Reforma o revolución, ¿quién en el PRD está dispuesto a aceptar que "otro mundo no es posible" y que el statu quo del "capitalismo moderno" es más o menos eterno en lo que a nuestro país y época se refiere? Ser revolucionario, al menos desde 1789 y por supuesto desde 1917, significa rechazar el statu quo y construir una nueva sociedad y economía, y en lo posible un nuevo mundo también. Ser reformista desde Kautsky, Bernstein, los mencheviques y los congresos escisionistas de la III Internacional (Turs Livorno) significa aceptar lo existente y mejorar dentro de él la suerte de trabajadores y desamparados. ¿Quién entre los Chuchos haría suyas estas consideraciones?2. ¿Vía electoral o vía insurreccional? Disyuntiva que no es de democracia sin adjetivos o de democracia participativa. Ninguno de los bandos ha querido pronunciarse claramente contra la vía armada en Chiapas en 1994, del EPR en 2007 o de las FARC en 2008, o, sobre todo, frente a AMLO en 2006. Existiendo lo esencial de una democracia representativa en México y América Latina, con excepción de Cuba, ¿quién en el PRD está dispuesto aceptar que la única vía válida para acceder al poder es la electoral y que las demás formas de lucha para ese propósito son inaceptables?3. ¿Economía de mercado o retórica del Estado y mando sobre sectores estratégicos? No se trata sólo de aceptar lo evidente: que hoy resulta inverosímil cualquier alternativa al capitalismo en sus diversas variantes. Se trata de asumir que la aceptación no debe ser resignada sino positiva, por más que se considere que muchas consecuencias son reprobables. El problema no es resignarse ante la imposibilidad de constituir el socialismo en México hoy; el problema es asimilar que eso no sería deseable. Si un malin génie de Descartes se le apareciera a Ortega mañana y le preguntara qué prefiere, el México de hoy o cualquiera de las experiencias socialistas reales desde 1917, ¿qué respondería? (los genios de las botellas no aceptan respuestas del tipo ni uno ni otro). Dudo que en la corriente moderada del PRD hoy haya quien haga suya la conversión tipo Enrique IV (París vale una misa) del socialismo alemán (Bad Godesberg), francés (Epinay) o español (Suresnes).4. Derechos humanos sin adjetivos. ¿Hay derechos humanos cuya violación es inaceptable bajo cualquier circunstancia? ¿O hay derechos humanos que deben subsumirse a valores superiores como la soberanía, la revolución, el pueblo, la causa? y, 5. ¿El respeto a esos derechos humanos es un asunto interno de cada país, o es de naturaleza supranacional: para todos? ¿Alguien en la corriente negociadora moderna, reformista y derrotada en el PRD está dispuesto a deslindarse de los países donde se violan los derechos humanos invocando la soberanía, el bloqueo o la revolución, en una palabra, de Cuba?Francamente, en estos puntos no veo la diferencia entre una corriente y otra, ni vislumbro en el horizonte esa izquierda que muchos en la comentocracia anhelan. Pero tampoco veo los comentarios de ésta exigiendo las definiciones que la harían posible.

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