No consumimos más droga

No consumimos más drogaJorge G. Castañeda11 Feb. 09 Hoy 11 de febrero, a media mañana, una comisión creada por la ONU en marzo del 2008 hará público su informe sobre Droga y Democracia en América Latina. La comisión fue presidida por los ex presidentes Henrique Cardoso de Brasil, Gaviria de Colombia y Zedillo de México, e incluye a personalidades como Paulo Coelho, Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez o Tomás Eloy Martínez. En el comunicado de prensa "la Comisión describe como un fracaso los esfuerzos realizados en la guerra contra las drogas y llama a romper el tabú sobre un debate honesto y abierto sobre despenalización de la marijuana".Los 17 miembros piden "un cambio de paradigma, de la represión y la justicia penal hacia un enfoque de salud pública y fundan sus propuestas en 3 tesis: tratar el consumo de drogas como un tema de salud pública; reducir el consumo a través de información y prevención; combatir el crimen organizado; y evaluar a la luz de la salud pública y de la medicina avanzada, la posibilidad de despenalizar la posesión de marijuana para consumo personal".Entre los principales patrocinadores de este esfuerzo están Ethan Nadelmann, autor de la tesis de la reducción del daño para personas y países, y George Soros, el conocido financiero. Sin duda, cada miembro de la comisión le dará su propia interpretación a las conclusiones, como sin duda también los gobiernos latinoamericanos y el de Estados Unidos reaccionarán según como les vaya en la feria. En México habrá quienes consideren que las recomendaciones coinciden con las políticas del actual gobierno; habrá también algunos que sostengan que contradicen esas políticas por considerar que la guerra contra las drogas es un fracaso.Conviene reiterar dos tesis que hemos esgrimido y que pueden agregar elementos a la discusión. La primera es que Cardoso declaró en Madrid que la superficie de coca sembrada en Colombia, desde el inicio del Plan habría aumentado. No lo dice la DEA, la CIA, la ONU o los críticos de Uribe, sino una personalidad como Cardoso. En otras palabras, se confirma que los éxitos de Uribe en "seguridad democrática" desde el 2002 no incluyen la reducción del cultivo, producción o exportación de cocaína. Si quisiera ponerle palabras en la boca a mi amigo Nadelmann, diría que Uribe practicó una "reducción del daño": redujo secuestros, atentados, inseguridad, corrupción (un poquito) y la fuerza de las narcoguerrillas, pero nada más.El segundo punto que puede sumarse al informe de la comisión es el resultado de varias encuestas de la SEP y de María Elena Medina Mora y Jorge Villatoro, investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría, sobre el consumo de drogas de 1989 al 2006, entre estudiantes de secundaria y preparatoria, y en 2006, 2007 y 2008, entre 10 mil alumnos de preparatorias públicas. Si nos vamos a los años 97-2006, vemos que entre hombres, el consumo -medido como "alguna vez"- pasó de 12.6% a 16.2%, un aumento de 4% en 10 años o de 0.4% al año, mientras que el consumo de cocaína disminuyó de 6.1% a 4.0%, y el de la marijuana pasó de 7.5% a 11.2%, un aumento de 3.7% en 10 años: alrededor de 0.3% al año.Tomando en cuenta que la proporción de personas de esa edad como parte de la población sigue aumentando ligeramente, y que las técnicas de encuesta han mejorado, podemos concluir, de acuerdo con estas encuestas de la SEP y el INPRFM, como se muestra que a lo largo del último decenio el aumento de consumo de drogas en México, entre alumnos de secundaria y preparatoria, ha sido mínimo.Ahora bien, si nos vamos a otra serie de encuestas de la SEP para 2006-2008, entre alumnos de preparatorias públicas, vemos que en el 2008 la suma de consumo de "alguna vez" (12.2%) y "consumo frecuente" (4%) fue ligeramente menor al de 17.8% (12.9% ocasional) y (4.9% frecuente) en 2007, que a su vez fue ligeramente superior al 15.5% de 2006. De nuevo, según estos datos del gobierno y de investigadores calificados como Villatoro y Medina Mora, sencillamente no es cierto que el consumo general de drogas haya aumentado en México. Una de dos: o las encuestas no sirven (a propósito no citamos la 5a. Encuesta Nacional de Adicciones 2008 de la SSA, que concluye lo mismo, pero que mañosamente -y por eso tal vez no ha publicado los resultados definitivos sino sólo preliminares- no toma en cuenta el crecimiento poblacional, sino sólo datos absolutos: que el número de adictos pasó de 307 mil en 2002 a 465 mil en 2008). O bien el gobierno miente porque la justificación que encontró para su guerra, cuestionada por la comisión, fue que la drogadicción afecta seriamente a la población mexicana. Cada quién su explicación.

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