Un millón de empleos perdidos

Un millón de empleos perdidos Jorge G. Castañeda28 May. 09Ya se ha repetido hasta el cansancio que la crisis económica que atraviesa México no es culpa del gobierno de Felipe Calderón y que nos llegó de fuera. Eso es indudablemente cierto. También han proliferado los vaticinios, igualmente verosímiles, de que las próximas elecciones de julio van a arrojar cambios mínimos en el reparto general de curules en la Cámara de Diputados, que se parecerá al 2003: el PRI ganará algunos, sin alcanzar una mayoría; el PAN perderá otros más sin desplomarse; el PRD, junto con el PT y Convergencia, se mantendrá en sus niveles históricos –previos a 2006.Lo que se entiende menos, por lo tanto, es por qué le resulta tan difícil al gobierno y a los partidos políticos explicarle a la sociedad mexicana la gravedad de la crisis económica y sobre la situación del país en el mundo, en comparación con otras crisis en otras épocas.Nos limitaremos aquí a entregar tres datos:Primero. De acuerdo con varios bancos internacionales, entre ellos UBS y diversos analistas mexicanos, entre ellos el bloque de Gerardo Esquivel, la economía mexicana este año va a contraerse entre 7 y 8 por ciento. Si comparamos este dato con las estimaciones más recientes del Fondo Monetario Internacional sobre el crecimiento económico en diversos países, vemos que sólo sufrirán una recesión más aguda que la nuestra: Botswana, Estonia, Islandia, Irlanda, Latvia, Lituania, las Islas Seychelles, Singapur, Taiwán y Ucrania. Podríamos tal vez agregar el caso de Japón para quien el FMI estima una contracción de 6 por ciento pero probablemente se quede en 5 por ciento y por tanto, penosamente, "les ganemos".Huelga decir que, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ningún país de América Latina resentirá una caída económica como la nuestra; Brasil lleva el segundo lugar y ha visto mejorar ligeramente sus expectativas, mientras que las nuestras, por el contrario, se han ensombrecido. Si a otros les va un poquito mejor y a nosotros nos va un poquito peor, seremos el país más afectado en el mundo por la actual crisis económica. No tengo la impresión de que esto le quede claro, ni a la clase política, ni a la comentocracia, ni mucho menos a la sociedad mexicana.Segundo. Esta contracción será más marcada que las vividas en el pasado. En 1977, el peor año desde el decenio de los cincuenta, la economía creció 3 por ciento, aunque sólo era la mitad del crecimiento promedio anterior. En 1983, a raíz del colapso de 1982, decrecimos 4 por ciento; igual que 1986 por el desplome de los precios del petróleo. Y en 1995, gracias a los errores de noviembre y diciembre, la economía cayó 6 por ciento. En otras palabras, la caída de 7 por ciento o más de este año, será la más grave de la época moderna en México. Tendríamos que remontarnos a los años treinta para encontrar un descalabro semejante. Tampoco creo que esta perspectiva histórica nos quede del todo clara a todos.Tercero. A diferencia de las caídas anteriores, el efecto en el empleo va a ser mayor. Ayer se anunciaron las cifras de abril: se perdieron 221 mil 501 empleos. En el primer cuatrimestre llevamos ya casi 400 mil empleos perdidos y si agregamos los despidos de octubre, noviembre y diciembre de 2008 nos acercamos a los 700 mil, es decir: aproximadamente el monto perdido en todo 1995. Para fin de año, es casi seguro que más de un millón de mexicanos habrán perdido su empleo. De nuevo, no parece que este dato figure claramente en el radar de muchos mexicanos.Si no es culpa del gobierno de Felipe Calderón ni de los partidos políticos, y si los resultados electorales ya están casi dados y no parece que se vayan a mover gran cosa ¿por qué no decirlo y aprovecharlo para poner sobre la mesa los temas de fondo?

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