Calderón dudó de su triunfo en 2006: Jorge Castañeda

El ex canciller de Vicente Fox afirma que el Presidente busca legitimidad a través de la guerra contra el narcotráficoNUEVA YORK E.U.-El primer secretario de Relaciones Exteriores en el sexenio de Vicente Fox, Jorge Castañeda Gutman, afirma que el Presidente Felipe Calderón dudó de su triunfo en las elecciones de 2006, y por ello emprendió una guerra contra el narcotráfico para buscar legitimidad, una decisión por demás desafortunada.Entrevistado con motivo de la publicación de su libro titulado “El narco: la guerra fallida”, escrito en coautoría con el ex vocero presidencial, Rubén Aguilar, Castañeda subraya que ellos nunca han dudado o ponen en duda en su obra el triunfo de Felipe Calderón. “Rubén y yo siempre hemos sostenido que Calderón ganó limpiamente, nunca hemos cuestionado la limpieza o la legitimidad del proceso, quien lo cuestionó fue él al tratar de buscar una legitimidad que creía que no tenía en la urnas. Nosotros lo que le reclamamos de algún modo es que haya tomado esta decisión tan grave (de combatir al narcotráfico) por no creer en la legitimidad de su propio triunfo”.A pesar del fuerte resfriado que lo delata al hablar, el ex canciller responde desde Nueva York a las preguntas de manera amable. Afirma que las justificaciones que dio el Ejecutivo para sacar al Ejército a combatir a los cárteles de la droga en la calle son falsas, pues, enfatiza, es mentira que haya subido el consumo de drogas en México y también es mentira que la violencia se haya disparado.“Simplemente no es cierto que el consumo ha aumentado, no es cierto que la droga llega a tus hijos, al menos no más que antes. Según encuestas de la Secretaría de Salud, la Encuesta Nacional de Adicciones de 2008, la realizada por el Instituto Nacional de Psiquiatría y las de los Centros de Integración Juvenil, México tiene unos 430 mil adictos, es decir, menos de 0.4% de la población, es decir, casi 10 veces menos que Estados Unidos y Europa, pero también mucho menos que países de Centroamérica y Sudamérica como Colombia, Brasil, Argentina y Chile. Simplemente no es cierto que el consumo ha aumentado”.También niega que la violencia se haya disparado a grados “intolerables”, como lo mencionó el Presidente. “Al contrario, la violencia en México había venido bajando desde principios de los años 90, trátese homicidios dolosos, los secuestros, de robos en la vía pública o en hogares, etcétera”.— ¿La violencia venía bajando porque no se combatía de frente al narco?— Yo creo que son factores más estructurales, pero venía bajando. A principios de 2006, cuando Calderón dice que le tiene que declarar la guerra al narco porque la violencia ha alcanzado niveles intolerables, eso no es cierto porque no sólo venía bajando desde hace 15 años, sino que era muy inferior a las de países muy similares al nuestro como El Salvador, Guatemala, Venezuela, Colombia, Brasil. Castañeda apunta que otra premisa que dio el Presidente fue que el narcotráfico controlaba varios territorios, lo cual, subraya, contradice la tesis de que no estamos en un Estado fallido.“Si el Estado mexicano ha dejado de controlar el territorio entonces sí es un Estado fallido, lo que pasa es que el Gobierno dice que no es un estado fallido, pero también menciona que hay que declararle la guerra al narco porque estaba adueñándose de ciertas funciones del Estado, eso es una contradicción”.La obra no sólo critica la decisión tomada por el Presidente, también propone alternativas hipotéticas para lograr los propósitos planteados por el Presidente.“Proponemos una alternativa que descansa en los daños colaterales, en lugar del origen del mal, es decir, la violencia, los secuestros, la corrupción… proponemos que se avance con Estados Unidos la despenalización por lo menos de la mariguana y la heroína, e insistimos mucho en la necesidad de crear una Policía nacional única que sustituya al Ejército para que regresen a los cuarteles donde pertenecen, también el sellamiento de la Frontera Sur. Sí pensamos que hay una alternativa a esta política de Calderón, no estamos planteando plantear la guerra o nada”.—Ustedes afirman que la guerra contra el narco es fallida y la opinión pública critica las violaciones a los derechos humanos cometidas en este sentido, pero al mismo tiempo al Presidente se le da un premio al Presidente como Líder del Año precisamente por el combate a los cárteles, ¿qué está sucediendo?—Siempre que los presidentes de México se adentran en estas luchas son aplaudidos, nada más hay que releer lo que decían los norteamericanos o lo europeos de Miguel de la Madrid, de Carlos Salinas, de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox en torno al narcotráfico, los aplausos eran estruendosos.Aplaudieron cuando Salinas combatió la corrupción de “La Quina” (Joaquín Hernández Galicia, ex líder del sindicato petrolero); cuando Zedillo capturó al “Chapo Guzmán”; cuando Fox detuvo a Mario Villanueva (ex gobernador de Quintana Roo relacionado al cártel de Juárez), esto es algo que ocurre con cualquier Gobierno que emprende una lucha contra el narco porque esa lucha les conviene a ellos.Eso les da la oportunidad de seguir con su política de doble discurso, es decir, por un lado dicen que hay que combatir al narco, hay que reducir la demanda y al mismo tiempo en los hechos aceptar que es un fenómeno social inmodificable y perfectamente manejable.

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