Ideas y propuestasAutonomía relativaJuan Ignacio ZavalaDomingo 22 de Noviembre de 2009AcentosPeriódico MilenioEn este país y en estas circunstancias, es de agradecerse que alguien quiera compartir públicamente sus ideas, deje de pensar en sí mismo y lo haga pensando en los demás. Es el caso de Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín en el número de Nexos de este mes. Un futuro para México se titula el ensayo en el que ambos hacen reflexiones soportadas con propuestas prácticas. La serie de temas que tocan, la manera en que lo hacen, y las propuestas contenidas en el documento, son excelente materia para el debate público. Castañeda y Aguilar Camín nos brindan la oportunidad de transformar ese debate —tan empobrecido últimamente— y de hacer una puesta en común en torno al país que deseamos con ideas en las que podemos converger casi todos.Sinceramente no conozco un documento que contenga la calidad, profundidad y sencillez alrededor de la problemática pública, como lo es el de Jorge y Héctor. Debiese ser un modelo para las plataformas de los partidos políticos textos áridos e insulsos, por lo general. Solamente me llama la atención que sostengan que una de las condiciones políticas para llevarlas a cabo sea “la existencia de una coalición que en 2012 pueda identificarse con esta agenda, la plantee con transparencia al electorado, y lo convenza de ello.” La cita tiene un tufo de ¿qué les parezco yo para encabezar esa coalición?, de ya sabemos quién de los autores.Ambos creen que el tipo de elecciones presidenciales que hemos tenido en los últimos años está agotado. “México no puede seguir celebrando cada seis años virtuales plebiscitos sobre partidos y personas en elecciones desprovistas de carácter programático. Hay que trasformar el 2012 en un referendo sobre el programa, no sobre el copetón, el pelele o el heredero.” La verdad es que suena muy bien pero no creo que suceda. Es cierto que los partidos no deben tener el monopolio de las candidaturas, pero los mexicanos tampoco gustan de apostarle a aventuras individuales, y en todas las democracias las elecciones se dan en opciones de polarización en distinto grado. El comentario citado es muy de nuestras élites intelectuales. Desde hace años advierten “el choque de trenes”, la “necesidad de una coalición” o el alarido de “¡Están polarizando!” (a lo que es tan propensa Denise Maerker, que estará este miércoles conversando con los dos autores del ensayo). Sin embargo, en el fondo comparto la esperanza de Héctor y Jorge de que las elecciones se traten de opciones programáticas exclusivamente.Las propuestas de Castañeda y Aguilar Camín no tienen por qué esperar en su totalidad el 2012. Si ambos han tenido el gesto de plantearlas y ponerlas a discusión, la clase política debe hacer a un lado su tradicional desdén por las ideas ajenas y discutirlas y procesarlas institucionalmente. Si quienes participamos en política fuésemos capaces, en los dos años que vienen, de poner en marcha dos o tres de las propuestas planteadas, seguramente las elecciones no serán tan agitadas, pero más allá de eso, nos estaremos dando lo que busca el título del ensayo: un futuro para México.
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