Se enfoca más en la lucha frontal a los traficantes y deja desprotegida a la población, afirma el ex canciller mexicano y asesor político Jorge Castañeda El intelectual y ex canciller mexicano durante la gestión de Vicente Fox, Jorge Castañeda, amplio conocedor de la política exterior y seguridad internacional, tuvo una breve visita a El Salvador y concedió una entrevista a El Diario de Hoy. En ella, abordó variados temas, pero el que más ocupó la charla fue el de la lucha que mantiene su país contra el narcotráfico, hoy día en el ojo del huracán tras el asesinato de 72 inmigrantes, entre ellos unos 13 salvadoreños, en Tamaulipas, a manos presumiblemente de Los Zetas. Castañeda consideró que el enfrentamiento frontal del actual presidente de México, Felipe Calderón, contra el narcotráfico ha fracasado, dado el alto gasto en operativos militares en la parte norte del país y la alta cifra de muertos que deja esa guerra que no da visos de menguar. "El problema es que a 4 años de mandato, los costos son elevadísimos, los resultados son muy malos y no hay razón para pensar que los costos disminuirán y las muertes bajarán. Son 28 mil muertos", responde Castañeda cuando se le pregunta su valoración por la lucha del gobierno mexicano frente a los tentáculos del crimen organizado y los cárteles de la droga.El experto sustenta su tesis en el hecho de que México hace 20 años, tenía una tasa de 8 muertes por cada cien mil habitantes en un año, cifra que lo mantenía en promedios lejanos de países altamente violentos como el Triángulo Norte de Centroamérica, Colombia o Venezuela, pero ahora, y producto de la guerra al narco, la cifra se ha elevado a unas 12 muertes por cada 100 mil habitantes y la cosa parece ir empeorando, más aún con el asesinato de los 72 inmigrantes en Tamaulipas, donde al menos 13 salvadoreños perdieron la vida.De hecho, Castañeda afirma que hay versiones en México que apuntan a que esa masacre se deriva de la presión que el gobierno está haciendo a los narcotraficantes, quienes tendrían que involucrarse en el tráfico de inmigrantes ante el cerco a las drogas impuesto por el Ejército."Es un tema muy delicado. Se ha dicho mucho que la tragedia de Tamaulipas se debe a que el narco está tan desesperado por la presión que se les está ejerciendo, que se metieron al negocio de los polleros y se han vuelto víctimas y rehenes, y que esto es una muestra del éxito del gobierno al presionar tanto al narco que se metieron a polleros. Entonces, si el precio del éxito del gobierno es esto, pues yo prefiero que fracasen. Que los polleros sean polleros, que los narcos sean narcos", opina el ex diplomático.Castañeda resume el cuadro de la actual lucha al narcotráfico de esta forma:"Quizás (se gastan) 10, 12 mil millones más de lo que se gastaba, (hay) una imagen internacional del país desastrosa, lo cual para el turismo es malo. (Hay) una sensación de inseguridad mayor que cuando empezó la guerra, ¿y los resultados? ¿Menos droga? No, está claro. Es probable que la cantidad de cocaína en tránsito haya bajado, pero ha aumentado la producción y envío de metanfetaminas a Estados Unidos. ¿Los cárteles están más débiles? No hay razón para suponerlo, al contrario, parecen estar en más partes. ¿Hay menos violencia? No, hay más, nadie ve resultados y sí los costos. Esta es una guerra fallida", sentencia Castañeda.A juicio del ex diplomático, de visita en El Salvador, el enfoque que Calderón ha dado a la lucha contra las mafias es erróneo, pues se está enfocando en mega operativos para atacar directamente a los narcotraficantes, pero por otro deja de lado la protección a los ciudadanos de las zonas afectadas."Lo que vemos ahora son operativos espectaculares, medidas contra el lavado de dinero, acciones para evitar la entrada de las armas; concentran sus esfuerzos en atacar al narco, no en proteger a la ciudadanía", afirmó.En su opinión, el ciudadano mexicano no está preocupado por el trasiego de drogas en sí, pues es una actividad que no le afecta en mayor medida, pues el destino final de la mercancía ilegal es Estados Unidos, pero lo que sí le afecta en su vida diaria son los efectos colaterales del contrabando, es decir, las balaceras entre cárteles, las extorsiones, el robo de autos, los secuestros, etc, que al decir del experto, el gobierno ha descuidado.Por eso, ve vital que el gobierno sí se dedique a reprimir a los narcotraficantes, pero es más importante que centre sus esfuerzos en aliviar los estragos de esta violencia en la población civil."(Debe) concentrar los esfuerzos en los daños colaterales atribuidos al narco que afectan a la ciudadanía: secuestros, balaceras entre ellos, asaltos, derecho de piso, o sea extorsiones, robos de coches, eso afecta a la ciudadanía. El narco no afecta a la ciudadanía si entra más o menos droga a los Estados Unidos, eso no afecta a la ciudadanía", dijo Castañeda.A su juicio, el fracaso en la lucha contra la droga no tiene que ver con el apoyo que Estados Unidos dé a la lucha, pero sí cree que se debe homologar las visiones de la lucha contra las drogas. Castañeda dice que antes se acusaba a los Estados Unidos de no hacer lo suficiente para evitar el consumo interno de drogas, pero ahora cree que se están dando pasos en sentido opuesto que México debería adoptar."Es un poco la tercera manera de enfrentar esto después de atacar los daños colaterales, pensamos que se debe legalizar sino las drogas la marihuana, porque eso hacen en Estados Unidos. Ahora no se pueden acusar de hipócritas. ‘Nosotros no tenemos un problema de drogas’, dicen. Quiere decir que los niveles de consumo y la forma de venderla es manejable y aceptable en Estados Unidos, tanto que California está a dos meses de legalizar la marihuana. Entonces no hay hipocresía. Ellos dicen: ‘no vamos a hacer eso, dicen, arréglenlo ustedes’. Si Estados Unidos legaliza nosotros vamos a legalizar", analiza. Lo que sí ve un contrasentido es en que Estados Unidos "siga apoyando a México en este combate cuando ellos van en la dirección opuesta".A lo que se refiere el experto es que se debe abrir el debate en México sobre la posibilidad de autorizar la venta libre de algún tipo de droga si el Estado de California, en Estados Unidos, lo hace, porque esta zona tiene una amplia frontera con México y además muy activa con un flujo diario importante de ciudadanos de ambos países y en ambas direcciones, además de los rasgos culturales que colindan.Esta es, a su juicio, otra vertiente a explorar una vez se mantiene la lucha contra los narcotraficantes, pero a la vez se ha subsanado el capítulo del resguardo de la seguridad ciudadana.LAS BARBAS EN REMOJOCastañeda dice desconocer si en realidad el narcotráfico ha permeado de forma tan incisiva en El Salvador, aunque sí tiene claro que si el cierre de la frontera a la droga que va en camino del sur hacia los Estados Unidos tiene algún tipo de éxito, el Triángulo Norte de Centroamérica, y por ende, el país sufriría consecuencias en forma de más violencia.El éxito de este "sellamiento" tendría que ver con la cantidad de recursos que el gobierno siga destinando al combate a los cárteles y de la forma cómo encajen las mafias este combate. "No sé si la situación se ha deteriorado o no. En El Salvador, los índices delictivos son elevadísimos y obviamente debe preocupar, pero qué tan vinculado al narcotráfico no lo sé. Lo que sí sabemos por el pasado, es que si llega a tener cierto éxito el sellamiento mexicano de la frontera sur o el istmo de Tehuantepec, comienzan los problemas de este lado del sellamiento, porque la droga se queda más tiempo ahí" razonó.Esta situación sería similar a la que, según el informante, sufrió la República mexicana en la mitad de los ochentas, cuando los Estados Unidos comenzó a contener el flujo de cocaína procedente del sur, más específicamente de Colombia, hacia las costas de Miami, en la Florida, vía Cuba."Desde los 80 fue el principio del crecimiento de los cárteles mexicanos. En el 85 u 86, cuando Estados Unidos tuvo éxito en sellar (esa ruta). Puede suceder (en El Salvador), no sé si está sucediendo, pero puede suceder, espero esté el presidente Mauricio Funes esté tratando esto con (Felipe) Calderón", dijo el experto.A juicio de Castañeda, cuando la droga pasa más tiempo en un territorio, los traficantes comienzan a buscar otras vías alternas para transportar la droga a su destino final y eso crea problemas de infiltración en las instituciones."Entonces, esto implica que empieza a haber más corrupción, más violencia en estos países por el sellamiento", argumentó.