Los radicales están de plácemes

Obviamente, las elecciones de medio período en EE UU acapararon la atención de la mayoría de la gente la semana pasada, pero varios eventos importantes en Latinoamérica podrían tener consecuencias casi tan trascendentales, al menos para la región. Primero, sin señales de alarma previas, el anterior y supuesto presidente futuro de Argentina, Néstor Kirchner, murió de una insuficiencia cardiaca, dejando a la política de su país en el caos. Se esperaba que él entrara al ring en la competencia presidencial por relevos que su esposa, Cristina Fernández, y él habían organizado para 2011; en vez de someterla a una durísima batalla por la reelección, la idea era que él se postulara (y ganara, por supuesto) gracias a su control completo de la vieja maquinaria peronista, incluidos los sindicatos, gobernadores, fondos de pensiones, bancos propiedad del estado, etc. Ahora ella tendrá que postularse. Su popularidad ha aumentado de sus mínimos terribles de hace un año, y habrá un voto de simpatía para una viuda en funciones, pero también amenazas en el horizonte. Éstas son principalmente las investigaciones por las acusaciones de corrupción contra la pareja presidencial, y ése ahora será un instrumento tentador no sólo para la oposición de Kirchner, sino también para el fuego amigo: los rivales peronistas de Cristina Fernández, quienes tal vez no se hubieran atrevido a enfrentarse a su marido, pero que no temen a su viuda.Segundo, hay muchos en Argentina y el extranjero que creen sinceramente que aun cuando Fernández se construyó una carrera política propia, la potencia conceptual y política provenía de su marido, y que ella era, a lo más, una portavoz esporádicamente elocuente. Estos observadores creen, con buenas bases, que ante la ausencia de Néstor Kirchner, ella se topará con grandes dificultades, y la era Kirchner pronto llegará a su fin. Este escenario no es poco plausible, y la simpatía por el difunto no dura para siempre (excepto en el caso del mismísimo Perón). Esto alterará el equilibrio geopolítico en Latinoamérica, ya que para todo propósito práctico los Kirchner han sido partidarios incondicionales, aunque quizá no discípulos, de la Alternativa Bolivariana para Latinoamérica, la cual vincula a Castro con Hugo Chávez y a éste con Evo Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa en una alianza izquierdista.La Alternativa Bolivariana podría remplazar su pérdida argentina con una ganancia brasileña. Dilma Rousseff, la próxima presidenta de Brasil, fue elegida bajo los faldones de Luiz Inácio Lula da Silva, y es ampliamente vista como su heredera política. Su victoria conlleva un enorme impacto simbólico como la primera presidenta de Brasil. Pero ella podría resultar no tan moderada y moderna como Lula. Ella proviene de una cepa clásicamente populista de la política brasileña, una seguidora de Leonel Brizola, el carismático gobernador de Rio de Janeiro y Rio Grande do Sul, quien tiene mucho más de político nacionalista y estatista que de líder sindical izquierdista como Lula. Ella también carece del control de Lula sobre su partido, el Partido de los Trabajadores, y como puede necesitar de su mentor para que los vigile, puede ceder a sus demandas, lo cual Lula nunca hizo. A pesar de su afición por el pavoneo, Lula era un pragmático. De hecho, sería una sorpresa si Rousseff no se muestra más ideológica, nacionalista y quizá más populista en la economía y la política exterior. Esto también alterará el equilibrio en Latinoamérica.Finalmente, después de la derrota legislativa de Chávez en Venezuela en septiembre pasado, él ha comenzado una nueva represión sobre su oposición. Él nacionalizó (sin compensaciones) una fábrica de vidrio de propiedad estadounidense que abastece de botellas a la compañía Polar Beer, y asimismo Chávez dijo que Polar Beer provee de fondos y apoyo a mucho de su oposición. Unos matones, supuestamente asociados con el gobierno, secuestraron y asesinaron a tres líderes de la organización empresarial venezolana Fedecámaras hace dos semanas, y como se temía, Chávez ha arremetido contra los principales vencedores de las elecciones de septiembre.

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