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Debatir la educación

Hace un par de días la organización Mexicanos Primero, presidida por Claudio X. González, presentó su segundo informe anual, titulado "Brechas", que complementa el anterior llamado "Contra la pared". A partir de datos procedentes de pruebas nacionales e internacionales de evaluación escolares (Pisa, Enlace, Excale) el informe describe un panorama peor que desolador -desastroso- de la educación básica en México. Sin anatemas ni ofensas, Mexicanos Primero propone algunas guías de solución a mediano y largo plazo, pero insiste mucho, y con razón, que el punto de partida es el análisis de la situación actual.Al comentar este informe me permití subrayar algunos de los datos y plantear una problemática, en mi opinión, desgarradora, pero fundamental. Un primer conjunto de hechos que me llamaron la atención tiene que ver con la convergencia entre la información recopilada y presentada por Mexicanos Primero y la de Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación: más o menos dicen lo mismo. Pasa algo semejante con Enlace de 2010 y Excale 2005 y 2008; aunque miden cosas ligeramente distintas, todos los números apuntan a dos conclusiones: la situación en secundaria es terrible y no ha cambiado entre 2005 y 2010. Hay variaciones marginales en el tiempo y entre fuentes.Un segundo dato digno de subrayarse es el que proviene de la gráfica de resultados en escuelas primarias indígenas, rurales, urbanas públicas y urbanas privadas. Aunque David Calderón, el talentoso autor del estudio, subraya que la diferencia entre los distintos segmentos de cada una de estas categorías no es enorme, sí lo es entre el desempeño educativo de los niños en las escuelas urbanas privadas y las escuelas indígenas. También lo es con relación a las escuelas rurales. México va derechito por el camino de una privatización silenciosa de la educación básica, no impuesta por el imperialismo, el neoliberalismo, el gobierno espurio o el sector privado, sino por los padres de familia. Como en la India, dentro de poco tiempo empezarán a reaccionar ahorrando para enviar a sus hijos a escuelas privadas, porque la diferencia sí es enorme.Otro hecho escalofriante: en México 93% del gasto educativo se destina a salarios, 20 puntos por arriba del promedio de la OCDE donde sólo es superado por Portugal; y es más que Chile y Turquía, los países con PIB más parecido al mexicano. Al mismo tiempo sabemos que los maestros en México no son bien pagados. ¿Cómo le hacemos para gastar más y pagar menos? Es otro de los misterios de la educación en México.Por último, un hecho que me permití compartir con el público y que no viene del informe "Brechas", sino del libro Latin America 2040 editado por la Sage Foundation: según las pruebas Pisa de 2006, salvo en Chile, el desempeño en lectura, matemáticas y ciencias del quintil más rico de los niños de secundaria en América Latina es inferior al del quintil más pobre de los países ricos. La problemática se puede ilustrar con el Índice de Desempeño Educativo Incluyente (IDEI) de Mexicanos Primero.Aplicar un principio radical de evaluación, premios y castigos, e incentivos claros a la educación en México, implicaría darle más dinero a los estados mejor librados que a los peor librados. Implica entregarle más recursos a los municipios mejor calificados, a sus mejores escuelas y directores, a los mejores maestros dentro de las mejores escuelas, y a los mejores alumnos dentro de las mejores escuelas dentro del mejor municipio, dentro del mejor estado. Es un poco, guardando las proporciones, lo que están tratando de hacer en Estados Unidos Obama y su secretario de Educación, Arne Duncan. Sin duda funcionaría en México, pero sin duda también ensancharía la brecha educativa, por ejemplo, entre Aguascalientes -tercer lugar después de Nuevo León y el Distrito Federal- y Oaxaca, el peor calificado. Lo que estamos haciendo no funciona; y esta alternativa es imperfecta y perversa, pero conviene debatirla.www.jorgecastaneda.org; jorgegcastaneda@gmail.com

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