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La inmigración es como la droga

Legalizar el ingreso extranjero propone a EEUU el ex canciller mexicano, Jorge G. Castañeda, durante la presentación de su libro: Mañana ForeverSAN FRANCISCO.— El único país que no gana dinero con las políticas tontas de los Estados Unidos es México, expresó Jorge G. Castañeda, en su continua prédica por la legalización de las drogas.Politólogo, escritor, político, polemista, ave de tantas tempestades… o él mismo la tempestad, Castañeda presentó en el Commonwealth Club de San Francisco su más reciente libro, Mañana o Pasado, El misterio de los mexicanos (Mañana Forever, es el título en inglés).Había referido cómo Canadá, en la época de la Ley Seca en los Estados Unidos, propició en su territorio la industria del alcohol. De igual manera, dijo, México podría hoy favorecer la legalización de ciertas drogas, lo que atraería consumidores norteamericanos como turistas, permitiría una alta recaudación de impuestos y haría innecesario el combate armado a los cárteles del narcotráfico.El 1 de junio, ante un centenar de personas, este que fue activo simpatizante del régimen cubano, al grado que se le acusó de ser espía de Castro en los setenta; este que ha escrito sin piedad sobre la izquierda latinoamericana, al grado de ser señalado como delator y agente de la CIA; el asesor de Cuauhtémoc Cárdenas en los ochenta y el secretario de Relaciones Exteriores de Vicente Fox en el año 2000, Castañeda, el prolífico autor con más críticos que lectores, recibió el saludo de tantos conocidos al final de la conferencia, tras la firma de ejemplares de Mañana Forever —el público se llevó todos los que había a la venta—, que parecía aquello una tertulia en la ciudad de México, aún cuando por el ventanal se miraba la calle Market.Entre el público estaban también su hija y su nieto, Enkidu, quien compartió la celebridad del abuelo firmando un libro, a solicitud de un fanático. Como secretario de Relaciones Exteriores, hace una década, Castañeda negoció una reforma migratoria. Su frase de aquellos días: the whole enchilada (la "enchilada completa"), quedó en el habla común de los norteamericanos, no así el interés por la reforma, que se debilitó por causa del ataque del 11 de septiembre.Esta vez, Castañeda previó que los Estados Unidos tendrá que hacer una reforma inmigratoria comprensiva, "con algún tipo de colaboración de México", que dé legalidad a quienes se encuentran ya en el país.Incluso, dijo que será preciso un programa de trabajadores temporales, que evite la formación de una nueva comunidad indocumentada.Comentó que el tema del programa de trabajadores temporales es rebatido por sindicatos y parte de la comunidad latina en los Estados Unidos, arguyendo que sería otro programa bracero o crearía una clase de inmigrantes de segunda."Yo les pregunto: ¿Qué haremos al día siguiente? Al día siguiente que se apruebe una reforma migratoria, otros mil mexicanos estarán entrando ilegalmente". Allí es donde se requerirá la cooperación de México, prosiguió. Dijo que aquel país tendría que tomar medidas radicales para contener a su gente. "No es simple. Pero si tenemos un buen acuerdo, tendríamos que hacer que se cumpliera".Agregó, sarcástico: "Es cierto que en México no hacemos cumplir ninguna ley; pero esa es una historia diferente".Luego dijo: "No hay forma de reducir la emigración de México a los Estados Unidos. En un sentido, es como la droga. Mientras haya demanda por mano de obra poco capacitada y barata en los Estados Unidos, habrá quien entre. Y la mejor manera de detener eso, es hacerlo legal".Advirtió que hoy "estamos más lejos de un acuerdo (migratorio) de como lo estuvimos en 2001 o en 2006".Le preguntaron si se postulará otra vez como candidato a la presidencia de México, respondió que no. Le inquirieron sobre la educación; detalló el panorama desolador en que se halla el sistema y se mostró poco optimista sobre una reforma; habría que sustituir el modelo, opinó, lo cual sería muy costoso e implicaría muchos años.Vaticinó que no habrá reforma electoral próxima —en 2012 habrá elecciones presidenciales en México— y desestimó, por tanto, que figuras como el referéndum o candidaturas independientes serán integradas a la ley. "No va a haber nada", sentenció.–¿Nada?; más que otro presidente priísta –se le azuzó.–Priísta o no priísta, da más o menos lo mismo. No podrá hacer nada, porque no tiene mayorías, no tiene posibilidad de hacer cambios. El problema son las instituciones, no es la gente –respondió.

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