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México: “Historia de decepciones”

México es un constante proyecto incompleto. Representa una historia de decepciones. Lo inacabado. La promesa incumplida y rota. La lejanía de la modernización. Al igual que Latinoamérica, en México se vive todo menos el progreso impuesto por EU y Occidente. Simplemente no se quiere. Se prefiere mantener ajeno al desarrollo. Esta es la mirada de Francis Alÿs, artista belga por nacimiento y mexicano por adopción desde 1987. Hace unos días tuve oportunidad de ver su obra en el MOMA, en Nueva York, y muchas fueron las reflexiones que me surgieron. Es una mirada externa sobre lo mexicano. Sobre lo que nos sucede y vivimos. Es también una mirada propia de México y su falta de voluntad y aceptación hacia las situaciones de cambio. En México se actúa para no cambiar. Para mantener lo establecido, el statu quo. Esto es lo que refleja parte importante de su obra. Alÿs llegó a nuestro país después del terremoto de 85. Fue enviado por el gobierno belga en su carácter de arquitecto e ingeniero para ayudar a la reconstrucción urbana, y decidió instalarse en una vecindad del Centro de la ciudad de México. Hoy, 25 de sus 52 años los ha pasado en nuestro país. A sus 30 años comenzó en la ciudad su labor artística y dejó la arquitectura. Se convirtió en observador y espectador de lo mexicano. ¿Cómo? Desde 1989 decidió plasmar lo cotidiano de la metrópoli en su obra y en sus expresiones: pintura, performance, poesía, videos, entre las más importantes. No requirió de algo complejo. Todo lo contrario. Optó tan sólo por mostrar su mirada cotidiana en una obra sobre el acontecer diario con sucesos absurdos. Así, se ha convertido en una voz, desde el arte, que ofrece con una mirada crítica, alternativas a las decisiones políticas. Se dice que su obra es poesía que puede convertirse en política e invita a lo contrario, a que la política sea, a su vez, poesía. Refleja elementos que nos hablan de una constante aceptación fatalista de situaciones estancadas. Y es igualmente expositor de la ruta circular de la política mexicana. Nos invita a observar cómo desde los años 60 se dieron ciclos repetitivos de la historia política. Señala cómo los mismos líderes obligan a que la sociedad siga acciones sin racionalidad y, posteriormente, ellos mismos y por la inercia de la repetición en el tiempo, se ven también haciéndolas por lo que su liderazgo se desdibuja y se convierten en un seguidor más, ejemplificados como borregos. Sin duda esto conlleva una falta de liderazgo y la incapacidad de una visión con objetivos claros y alcanzables en tiempos cortos. Por otra parte nos habla del gran miedo de los mexicanos a dar un salto. Temen dar un paso hacia el cambio a lo mejor. Para Alÿs, preferimos no llegar a la meta, por lo que no nos preparamos adecuadamente para alcanzar la modernización ni el primer mundo. Así, cuando ya parece que estamos en la cima, nuestra propia naturaleza, nuestra historia, nuestras tradiciones nos hacen regresar al punto de partida. Lo conocido es más cómodo, ¿para qué dejarlo? Es como si la vida de los mexicanos fuese el ensayo de una obra que nunca se concreta. La mirada externa critica la aceptación de promesas que no se cumplen. Nace un nuevo líder político y las promesas se reiteran. Surgen de nuevo y todos tan contentos. No exigimos resultados. Nos consolamos con éstas como ideales de vida y parte de nuestra rutina y cotidianidad. En otro tema, nos presenta como una sociedad en la que además de que no pasa nada, hacemos grandes esfuerzos pero sin dirección alguna. Para él, los esfuerzos de los mexicanos no llevan a nada. Hacen trabajo excesivo que no tiene resultado. Así refleja la vida de los ambulantes, de la economía informal, del desempleo, de las crisis. Nos habla del eterno retorno a las crisis sociales, económicas y políticas. Subraya cómo, a pesar de ser parte de un mundo abierto y global, los objetivos de los países industrializados nada tienen que ver con la realidad mexicana. México vive un tiempo distinto. Tiene su propio tiempo, por lo que la velocidad de su actividad es otra. Se mueve para mantenerse igual. Se abre al mundo para que nadie entre en su esencia. Se acerca para mantener a todos alejados. Así es la vida cotidiana de la ciudad que refleja la realidad del país en su conjunto. La mirada de Francis Alÿs puede entenderse con el excelente libro de Jorge G. Castañeda, Mañana o pasado: el misterio de los mexicanos, 2011. Es un texto que, entre otras cosas, busca explicar el porqué de las acciones de los mexicanos. Cuáles son sus referentes y las razones por las que no es posible hasta hoy que el país tenga una proyección diferente en el mundo y más importante aun; por qué a los mexicanos les cuesta trabajo tener actitudes distintas al individualismo, a la hipocresía y al miedo ante el conflicto. Además, explica por qué sí podemos ser distintos cuando trabajamos en EU. Castañeda nos habla, muy acertadamente, de cómo aquí seguimos anclados en el pasado y evitamos pensarnos en un presente y futuro diferentes. Con múltiples datos, estadísticas y sobre todo ideas, nos hace un magnifico retrato. Sin duda el texto tiene una clara propuesta de futuro: nos convida a caminar, con la conciencia del pasado, hacia el viable porvenir. Invito a su lectura en estos días. Y ojalá pronto dejemos de ser el país del "ya merito".

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