Que mande la cuenta junto con las pruebas

Me dio gusto ver que EL PAÍS reprodujera el análisis que hago del papel de Elba Esther Gordillo (EEG) en la política mexicana en mi libro Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos, que ya circula en Estados Unidos y México, y será publicado en España en octubre. Dicho análisis proviene de una larga relación política y personal con ella. Fue leído por ella antes de su publicación, para su información, y al recibirlo fue objeto de su beneplácito. No son ocurrencias, sino parte de un libro largo sobre el carácter nacional mexicano, en parte, forjado por el millón de maestros que EEG dirige.En segundo lugar, aclaro que en ningún momento he sido "colaborador" de EEG: ni en su partido, ni en su sindicato, ni en ningún otro tipo de relación. Hemos sido amigos, aliados, y en ocasiones adversarios: nunca enemigos.En tercer lugar, a propósito de mi supuesta falta de autoridad moral ante ella, me extraña el comentario. Como no soy moralista, no pretendo tener autoridad moral sobre nadie, ni siquiera sobre mis hijos, ni mucho menos ante alguien como EEG. Otra cosa es autoridad intelectual: quizás a la que tengo o tuve ante ella, se debe su participación en el Grupo San Ángel en 1994, en Compromisos con la Nación en 1996, y en la veintena de reuniones que pude celebrar gracias a ella con las secciones del sindicato, en 2010 y 2011.Si por mi falta de autoridad moral EEG entiende que le debo algo -dinero, favores, servicios, apoyos políticos- que presente sus pruebas. Jamás le pedí dinero, ni me lo dio; jamás le pedí favores, ni me los hizo; jamás le pedí servicios o negocios, ni me los brindó. Cuando le pedí el apoyo político que he divulgado repetidamente, no me lo dio. Si le debo algo, que mande la cuenta junto con las pruebas.

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