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Margen de maniobra

Si creemos las versiones de pren- sa, antier el secretario de Hacienda adelantó a los legisladores la posibilidad de revisar las cifras de crecimiento para este año y por tanto de ingresos fiscales, y sobre todo la necesidad de ajustar las cifras preliminares para el 2012. Enhorabuena, porque lo que más necesita el país ahora es una administración responsable y oportuna por los efectos de la actual crisis financiera en los mercados, y de la posible crisis de la economía real de Estados Unidos. Es de aplaudirse mayor realismo y menor arrogancia en comparación con 2008 y principios del 2009. También sería digna de elogios la decisión que pudiera tomar el gobierno siguiendo, entre otros, las ideas de Luis de la Calle y Macario Schettino, de aprovechar esta coyuntura para realizar ciertas reformas que pudieran amortiguar el impacto de la crisis, y también permitir su uso, como en el judo, para salir de ella más fuertes. La pregunta que, sin embargo, se puede plantear es si todavía México tiene un margen de políticas macroeconómicas como para que se dé una verdadera diferencia entre los resultados de una u otra decisión.Sabemos que el estímulo de 2009 fue pequeño para evitar la caída de 6.5 puntos del PIB. Sabemos también que probablemente el gobierno contaba con mayor margen para lograrlo -en lugar de 1 o 2 puntos del PIB, o hasta 3 como fue el caso de varios países de América Latina, Europa y Asia. Lo que cada día queda menos claro es si realmente todo esto haga una diferencia en el mediano y largo plazos, para decirlo de manera provocadora y realista: ¿lo qué haga el gobierno de México puede incidir en una elevación del crecimiento promedio de la economía de 4 a 6 o 7% en los próximos años, o hágase lo que se haga el resultado dependerá casi sólo de la economía de Estados Unidos?Ya se ha dicho: en 2010 el comercio exterior (exportaciones más importaciones) alcanzó el 58% de PIB país y cerca del 65% fue con EU. Las remesas sumaron un poco más de 2% del PIB y su totalidad vino de EU, la IED alcanzó en un año malo 1.8% del PIB y casi dos cuartas partes se originó en EU. Y los ingresos por turismo sumaron 1.2% del PIB, casi 85% procedentes de EU. En otras palabras, entre 63-65% de la actividad económica depende del exterior, y más de un 80% de ese total depende de Estados Unidos. El margen de operación de la política macroeconómica mexicana se limita a un tercio de la economía nacional: no es poco pero si quisiéramos lograr los 2 puntos adicionales de crecimiento del PIB al año, tendría que crecer casi 6% más de lo que crece hoy ese tercio. Estos cálculos son simples, superficiales y discutibles, y se le pueden oponer objeciones técnicas muy pertinentes. Pero dan, quizás, la impresión correcta del reto que enfrentamos.Esto no quiere decir que no exista un amplísimo margen de maniobra en materia de política social: educación, salud, vivienda, combate a la pobreza. Tampoco quiere decir que no exista alguna posibilidad de cierta diversificación del comercio exterior, y por último, tampoco es una tragedia. Una situación semejante impera en varios de los 27 países de la UE, sin hablar de los 17 de la zona euro. Para países como Polonia, Austria o España, que concentran una proporción importante de su desempeño económico en actividades europeas, en particular con Alemania y Francia, el margen de maniobra macroeconómica es estrecho. Y ello no significa menor soberanía, bienestar o perspectivas. Sólo quiere decir que buena parte de las decisiones que se toman, no se toman dentro de cada país.De ser así, ello no obsta para que se hagan las reformas que se tienen que hacer. Tampoco implica que no se necesiten medidas oportunas, responsables y eficaces para minimizar el efecto de la nueva crisis, si llegara a darse. Sólo quiere decir que debemos avanzar hoy, y sobre todo el año que entra, con los ojos bien abiertos: para bien o para mal, un gajo muy importante del destino mexicano ya se juega en otra parte.

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