En México no se respetan las leyes: Jorge CastañedaEl Independiente de Hidalgo Septiembre 5 de 2011. En México, a diferencia de otros países, no hay respeto por las leyes porque se aprueban normas aberrantes que no pueden cumplirse y después se aplica todo el ingenio mexicano para darles la vuelta, como pasa hoy con la absurda Ley Electoral, avalada en 2007, afirmó el ex canciller Jorge Castañeda Gutman.El también analista político, en el marco de la presentación de su libro Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos, como parte de las actividades de la 24 edición de la Feria Universitaria del Libro (FUL), comentó que una opinión mayoritaria en México es que las leyes, si no parecen justas, no deben respetarse; es, dijo, todo lo contrario al imperio de la ley que existe en otros países. Ante un auditorio rebosante de estudiantes, investigadores y académicos del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Jorge Castañeda dijo que el estado de derecho indica que debe respetarse la ley, sean justas o injustas, pero en México se usa todo el ingenio para incumplirlas.Esta falta de respeto por la ley, explicó, es porque se aprueban leyes aberrantes que no se pueden cumplir, pues queremos que sean aspiracionales. "Primero hacemos una ley absurda y luego nos ingeniamos una enorme cantidad de artilugios para darle la vuelta".Como ejemplo, puso el caso de la Ley Electoral aprobada en 2007. Recordó que después del desaguisado de la elección presidencial de 2006, en la que resultó electo presidente Felipe Calderón, por un mínimo margen de ventaja sobre Andrés Manuel López Obrador, el PRD quería cobrarle a Luis Carlos Ugalde y a los consejeros del IFE la factura por el supuesto fraude electoral. Comentó que Calderón no quería entregar la cabeza de Ugalde, pero que el PRI le pidió que la entregara a cambio de que más adelante los legisladores tricolores aprobarán una reforma fiscal.El PRI, dijo, se alineó en los nuevos términos de la ley electoral con el PRD y Calderón no tuvo más remedio que mandar al PAN a votar la ley y luego firmarla en 2007. Detalló que la referida ley electoral, entre otras cosas, prohíbe comprar tiempo en radio y televisión, así como hacer campaña fuera de los tiempos electorales. "Las dos cosas parecen ser relativamente lógicas, nada más que ambas disposiciones son, por definición, inaplicables", comentó el ex canciller.Entonces, añadió, ¿qué es lo que ha sucedido? Lo que hemos visto en los últimos tres años y semanas, es decir, que los que tienen dinero, que son los gobernadores de los estados ricos (Marcelo Ebrard, del Distrito Federal; Enrique Peña Nieto, del Estado de México y en menor medida Emilio González, de Jalisco), pues les dan dinero por debajo de la mesa a las televisoras y radiodifusoras, no para comprar tiempos de espots, sino para transmitir una bolsa, un copete, un beso, un noviazgo o los juegos Panamericanos."Sí, están comprando tiempo nada más que no dice ahí -en los mensajes transmitidos- con el dinero del gobierno (del Estado de México, DF o Jalisco) se compró tiempo para hacer propaganda al gobernador. Obviamente están comprando tiempo, aunque la ley dice que no pueden" hacerlo.Eso es, dijo Jorge Castañeda, un ejemplo típico de "esa manía aberrante nuestra" de primero de hacer leyes absurdas e inaplicables y después usar todo el ingenio mexicano para darle la vuelta a la ley para hacer todo lo que prohíbe.Insistió en que la Ley Electoral de 2007 es absurda e inaplicable y que la mayoría de los senadores, en privado, se arrepienten de haberla aprobado y por supuesto que el presidente Calderón también se arrepiente en privado de haberla firmado y publicado en el Diario oficial de la Federación (DOF)."Bueno, cometieron la idiotez, saben que no funciona, ¿entonces qué hacemos? Usar todo el ingenio mexicano para darle la vuelta a la ley para hacer todo lo que prohíbe: Hacer campaña, comprar tiempo."El ex canciller dijo que su libro Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos, entre otras cosas busca destacar aquellos rasgos del carácter nacional que han obstaculizado el tránsito de México a la modernidad política y económica. Con base en resultados de innumerables encuestas y estadísticas, el ex canciller demuestra en su obra que los mexicanos tenemos, en efecto, una desconfianza visceral del "otro", y alimentamos un antinorteamericanismo anacrónico y disfuncional y un individualismo que ignora la participación social. Un ejemplo de esa contradicción es la doble nacionalidad que se permite en México desde 1998. "Lo más aberrante es que nosotros le negamos estos derechos a mexicanos naturalizados, pero luchamos por los derechos de 12 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos. Queremos que los americanos les den a ellos los derechos que nosotros negamos." A lo largo de su exposición, el político mexicano hizo énfasis en el tema de las leyes en nuestro país, las cuales no se respetan. Al término de la presentación, Edmundo Hernández Hernández, director del ICSHu, entregó un reconocimiento de participación a Jorge Castañeda. La moderadora fue Martha Guadalupe Guerrero, profesora investigadora del instituto, quien ofreció una reseña acerca de los nueve capítulos que integran la obra, en la que aborda los sentimientos de los mexicanos y responde por qué no avanza México