Netanyahu y la Presidencia de EU

Con su triunfo en Illinois, el precandidato republicano Romney probablemente aseguró su presencia en la boleta de noviembre como único rival de Obama. Todavía, como siempre, puede haber sorpresas -¿cuántas no habido en estas primarias republicanas?-, pero Romney aventaja en delegados, finanzas, estructuras e inversión. Los otros aspirantes, mucho más estridentes en entrevistas, se quedarán en el camino. Si acaso uno de ellos acompañará a Romney como mancuerna vicepresidencial.Esto era más o menos predecible, y Romney podrá ser un contrincante verosímil, aunque vencible por Obama. Si tuviera que apostar, como lo hace mi amigo Leo Zuckermann, sería por Obama.Aunque hay apuestas que sí cuentan y otras, como las mías y las de Leo, que no. Entre las que sí cuentan está la de Benjamin Netanyahu. ¿Qué tiene que ver Netanyahu e Israel con la primaria de Illinois? Mucho, y podemos encontrar un principio de respuesta, o por lo menos a una mejor formulación de la pregunta sobre si Israel va a atacar a Irán en los próximos meses o no.Netanyahu, Ehud Barak y Tzahal tienen que hacer muchos cálculos para decidir si pueden y deben llevar a cabo un ataque preventivo a Irán para destruir su supuesta capacidad para fabricar un arma nuclear y los misiles para poder usarla contra Israel. No obstante, dos cálculos sobresalen: primero, saber cuándo Irán va a entrar a la "zona de inmunidad", es decir, cuándo habrá reubicado toda su instalación en recintos tan protegidos, tan enterrados, tan dispersos, que será imposible para Israel, con la capacidad de bombardeo de la que dispone, proceder sin el apoyo de EU. Segundo: justamente qué hará EU.Netanyahu, se sabe, detesta a Obama y parece ser un sentimiento recíproco. Ambos se necesitan pero no se quieren. Hay poco que Obama pueda hacer para defenestrar a Netanyahu del cargo de primer ministro de Israel, aunque en teoría hay mucho que puede hacer Washington para impedir una acción israelí. Inversamente, hay poco que Netanyahu pueda hacer para contribuir a la derrota de Obama, pero mientras no se llegue a la "zona de inmunidad" Israel sí puede actuar sin el visto bueno de EU.La pregunta es si Netanyahu quiere y puede contribuir a la victoria de Obama, o si prefiere más a Romney. En cualquier caso tiene una carta que jugar: atacar a Irán en plena campaña electoral para provocar dos resultados. El primero es colocar a Obama ante una disyuntiva: o apoya a Israel o se niega a hacerlo, en cuyo caso pierde el voto judío en Florida y el dinero judío en Nueva York -dos pérdidas quizás irreparables.Además, una acción israelí tendría otra consecuencia electoral más grave para Obama. En principio, una represalia iraní contra un ataque de Israel sería tratar de cerrar Ormuz, por donde pasa el petróleo de todos los países del Golfo Pérsico. Se provocaría con ello un alza descomunal del precio del petróleo, y por tanto un aumento en el galón de gasolina para los norteamericanos. Y no hay nada que enfurezca tanto a los estadounidenses como la gasolina cara. En algunos estados "swing", como Ohio, Pensilvania y Michigan, la principal preocupación de los votantes ya es el precio de la gasolina. Por más que Obama pudiera argumentar que él no atacó a Irán, que trató que Israel no lo hiciera, que EU no controla el precio de la gasolina, será muy difícil de convencer a electores iracundos.¿Qué hará Netanyahu? Obviamente nadie lo sabe. Pero podemos, insisto, tratar de formular bien la pregunta. Si Netanyahu ya decidió que no puede tenerle confianza a Obama, ni ahora ni nunca, para apoyar un ataque israelí en el futuro, hará todo lo posible para que Romney gane, y entre las acciones más eficaces que pueda realizar para ese propósito figura una intervención preventiva en Irán. Ojalá hubiera ganado Santorum en Illinois, para que Romney no hubiera amarrado la candidatura, y para que Netanyahu no hubiera pensado que Obama puede perder.

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