Los Amarres perros. Una autobiografía. Alfaguara. 2014. 631 pp. Castañeda, Jorge G David Lara Catalán Los Amarres perros de Castañeda refieren a una vasta colección de datos autobiográficos de corte político, diplomático, electoral y, desde luego, personal. Desde una perspectiva de un narrador que va y viene en el tiempo y en el espacio, retomando citas, haciendo memoria y conectando los hechos para darles vida y hacerlos atractivos a sus lectores surgen los Amarres perros. Un libro que sólo es posible desde la siguiente frase que señala Castañeda en otro contexto pero que bien explica la hechura del mismo: “Aprendí mucho del paso por la Cancillería al lado de mi padre, y en particular que sólo la proximidad al poder permite cierto tipo de realizaciones o intervenciones concretas sobre la realidad”. Es justo eso: la proximidad al poder lo que permite al autor narrar situaciones y descripciones de la vida política y diplomática mexicana, comprender la diversidad cultural de nuestro país y de aquellos quienes han escrito al respecto. Describir los procesos electorales, el de 1988 por ejemplo, el cual evidencia a grandes multitudes esperanzadas en un cambio que permitiera los beneficios sociales siempre anhelados pero que, comprensiblemente, no ha sabido ir más allá del o de los momentos electorales. La proximidad al poder también alentó la cercanía con personajes de la vida literaria, intelectual, política y gubernamental de una buena parte del mundo. Autores como Fuentes, Aguilar Camín o García Márquez, presidentes de la República mexicana, guerrilleros centroamericanos, la relación fóbica hacia Cuba, el alter ego de Carlos Salinas como se describe en el libro a Córdoba Montoya. De esta cercanía y de muchas otras, Castañeda construye un diálogo incesante que plasma en una escritura ligera, sin rebuscamientos, pero que sí origina muchas preguntas y reflexiones. Una reflexión fundamental es la que refiere al análisis del papel de la izquierda mexicana. ¿Existe? ¿Dónde está ahora? ¿Por qué la derecha le ganó la alternancia en el poder primero con Fox y luego con Calderón? Amarres perros es un libro con un sin fin de sucesos narrativos, algunos de ellos con gran relevancia para direccionar acciones o decisiones de corte incluso internacional que, en algún momento, perfilan al autor con un toque de soberbia. Pero si lo que se cuenta es verdad entonces cabe muy bien esto mismo: el ego, la soberbia que, aunque no se justifica, sí es comprensible. Que en el caso de Castañeda no es poco lo que ha participado, ni poco lo que de interés tiene conocer detalles de acontecimientos que lejos del poder ni siquiera caben en la imaginación del ciudadano de a pie. Me parece que justamente ahí reside el valor de Amarres perros: presentar desde una autobiografía, datos privilegiados que nos invitan a pensar y atar cabos, esa ya es la labor del lector, acerca de cómo se construyen relaciones de poder, cómo se gesta el impacto de decisiones, desde un ámbito privilegiado, hacia un amplio espectro de la vida pública. Cómo juegan los egos, cómo las coincidencias históricas de los diversos actores pueden direccionar los destinos de muchas más personas, a la vez que dar giros terribles a la vida y espacio de otros tantos. Una de las interrogantes que, me parece, bien puede deducirse de esta lectura refiere a la pregunta respecto a los intelectuales, ¿dónde están?, ¿cuál es su papel en el análisis y construcción de la sociedad?, ¿dónde quedan los debates de ideas? Los comentócratas parecen ser los sucedáneos posmodernos de los intelectuales -aun cuando no necesariamente son intelectuales-, y apuntan hacia la construcción de un pragmatismo político, muchas de las veces sumamente frívolo y ramplón. En algún momento, incluso, carentes de ideología y sirviendo al mejor postor. En fin, Amarres perros es un libro que ha suscitado interés, polémica, curiosidad y que, seguramente, seguirá despertando, un buen número de reconocimientos así como de cuestionamientos hacia el autor Jorge Castañeda. Algunos de los cuestionamientos que bien se le podrían hacer son los siguientes: ¿Es posible vivir dentro de un estilo de vida burgués a la vez que con aprecio hacia las ideas comunistas? ¿Se puede trabajar con el PAN, PRI o PRD, independientemente de la ideología de cada uno, desde una perspectiva que no necesariamente caza con ninguno de los tres? Seguramente el diálogo y la discusión serán la mejor forma de clarificar estas cuestiones.