Jorge Castañeda
El diario Reforma informó el martes que la Sedena reportó en 2016 un incremento significativo de efectivos militares desplegados en operaciones anticrimen organizado. De acuerdo con los datos del Ejército, el año pasado participaron 51.9 mil tropas en las calles. Durante el año de mayor despliegue de Calderón, en el auge de la violencia provocada por la guerra del anterior presidente, se desplegaron 52.7 mil tropas, prácticamente lo mismo. No sólo no ha habido retiro de las Fuerzas Armadas de las plazas y vías públicas del país, sino que, al término de 10 años de guerra, de cien mil muertos adicionales al monto inercial, más de 30 mil desaparecidos, y decenas de miles de millones de dólares gastados, hay el mismo número de soldados involucrados.
En 2013, el primer año de Peña Nieto, el Presidente logró reducir la presencia militar en México. El total de efectivos castrenses en operaciones bajó a 34.5 mil, pero de 2015 a 2016 dio un salto de casi 40%. Lo cual pareciera confirmar los resultados de determinados estudios y análisis en el sentido de que el monto de enfrentamientos de las fuerzas del Estado con el crimen organizado depende del número de tropas desplegadas, y el total de muertos y heridos depende del número de enfrentamientos. Entre otras investigaciones que debiéramos citar figura el último trabajo del CIDE, dirigido por Alejandro Madrazo. Según el boletín publicado en Reforma:
“Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), basado en información oficial de 3 mil 327 combates registrados en el sexenio pasado, establece que en cuatro de cada diez combates fueron “eventos de letalidad perfecta”, es decir, sólo registraron muertos y ningún herido. Los denominados ‘eventos de letalidad perfecta’ incrementaron año con año, pues mientras en 2007 hubo 15, para 2011 hubo 451, además de que en ellos se dieron el 86 por ciento de las 3 mil 413 muertes de presuntos delincuentes registradas en combate. Estas cifras, señaló Alejandro Madrazo, autor del estudio junto con Laura Atuesta y Óscar Siordia, evidencian que lo que hubo fue una actuación sistemática de las Fuerzas Armadas para exterminar ‘presuntos delincuentes’. “Desde 2011 ya teníamos fuertes indicios de que lo que había era una política de exterminio, los hallazgos que nosotros pudimos hacer con esta base de datos, nos dicen dos cosas o tres cosas que van en ese sentido”, señaló. “La política de exterminio –explicó– se dio, o bien porque las Fuerzas Armadas hicieron un uso desproporcionado de la fuerza, o bien porque cometieron ejecuciones extrajudiciales, cuando ya los presuntos delincuentes estaban vencidos. Todos los indicios nos dicen que lo que se está buscando es maximizar el número de muertos, que no iban a detener a gente para procesarla penalmente, que lo que iban era a matarla, y eso es muy preocupante, y sobre todo eso embona muy bien con el hecho de que hay muy poquitas averiguaciones previas iniciadas por esas muertes”. El estudio fue elaborado con base en información oficial que de manera anónima fue entregada al CIDE de operaciones realizada por las Fuerzas Armadas del 1 de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2011 y los resultados fueron obtenidos luego de un trabajo que implicó analizar mil 561 registros a través de 52 variables. Los índices de letalidad, refirió Madrazo, son muy superiores a los que registran ejércitos en guerra, donde generalmente hay más heridos que muertos, pero en el caso mexicano, en el periodo analizado, esto no tuvo ese comportamiento.
Enero fue el mes más violento del sexenio de Peña Nieto, combatiendo al narco. Mientras que fue también el primer mes de plena legalización de la mariguana en California. Go you to know.