Pedir prestado para Pemex

López Obrador insiste en que no quiere endeudar al país y seguramente ése es su deseo más profundo. Sin embargo, lo está teniendo que hacer por varios motivos y hoy ya vemos algunos indicios de ello. Lo que pasa es que todo esto resulta un poco más complicado de lo que parece.

Como se sabe, a principios de esta semana, México salió a los mercados internacionales para obtener en tres préstamos seis mil millones de dólares a una tasa ligeramente superior a la que se obtuvo en enero. A principio de año pagábamos 3.1 % de interés anual; ahora a cinco años tuvimos que pagar 4.125 %. Es más caro, aunque sigue siendo dinero relativamente accesible.

Ilustración: Víctor Solís

El problema es que ese dinero no va a destinarse para ayudar a la gente que perdió su empleo o a las pequeñas o medianas empresas que están a punto de quebrar, o incluso para proteger el empleo en las grandes empresas. Todo indica que ese dinero va a ir a Pemex. En realidad, lo que hizo el gobierno esta vez, y lo ha venido haciendo desde hace unos años, a diferencia de lo que sucedía a finales de los años 70 y principios de los 80, es salir al mercado a conseguir dinero para Pemex, porque Pemex o bien no puede salir, o bien tendría que pagar un precio exorbitante. Este dinero en realidad va a servir para financiar la exención fiscal que se le otorgó a Pemex y para dinero adicional que seguramente se le va a inyectar durante el año.

Si Pemex hubiera salido solo al mercado hoy de altos rendimientos, o bien hubiera tenido que pagar una tasa impagable, o bien sencillamente no hubiera encontrado compradores de su papel. El bono perpetuo de Pemex de 6.125 % está hoy a .64 centavos por dólar. Conforme vaya prolongándose la caída del precio del petróleo, la demanda de crudo y de gasolinas en el mundo, y los demás problemas financieros de la empresa, el papel de Pemex va a valer cada vez menos. Lo que esto significa en realidad es que los rendimientos de un papel de Pemex son tremendamente elevados, y nadie quiere prestar en esas condiciones.

¿Tiene sentido que México se endeude para financiar a Pemex? Tal vez sí, pero sería deseable, que se dijera tal cual que eso es lo que se está haciendo, y sería deseable que se discutiera esta opción frente a otras posibilidades de endeudamiento y de destino para los recursos obtenidos en los mercados internacionales.

Seguir insistiendo que no va a haber deuda cuando sí la hay, y canalizar lo que se obtenga por ese mecanismo a Pemex, cuando hay otras opciones, y seguir rechazando la posibilidad de inversión privada, nacional o extranjera en la extracción de crudo en México, es absurdo. Mejor decir las cosas como son.

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