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Narco, EU y Sinaloa (copy)

Narco, EU y Sinaloa Jorge G. Castañeda1 Abr. 09 Varias confusiones conceptuales han invadido el imaginario de la comentocracia a propósito del narco, la relación con Estados Unidos, y el futuro. Provienen en algunos casos de ignorancia, en otros de intereses, y en algunos, los más, de buenas intenciones y poca información. Veamos cuatro.Se sostiene que por primera vez el gobierno de México ha insistido en la tesis de la responsabilidad compartida con EU en la lucha contra el narco, y que por primera vez EU ha respondido positivamente. Que yo recuerde desde 1969 y la Operación Intercepción que Nixon le impuso a Díaz Ordaz, las autoridades mexicanas han argumentado que el tema del narco es un tema de oferta y demanda, producción y consumo, de trampolín y alberca. No hay novedad. En cuanto a EU, por lo menos desde Reagan, sistemáticamente han aceptado que comparten la responsabilidad por la plaga que significa el narco, y que harán su parte para reducir el consumo. El último gran mea culpa, antes de Obama, ocurrió justamente en la visita de Bush a Yucatán en marzo de 2007, cuando se fraguó la llamada Iniciativa Mérida. Huelga decir que así como lo señaló The Economist en su informe sobre las drogas hace unas semanas, el consumo total de estupefacientes ilícitos en EU a lo largo de los últimos 30 años no ha variado; sólo cambia el tipo de droga.Se alega que por primera vez EU acepta hacer más para el control del flujo de armas hacia México. Para empezar, y de nuevo, la visita de Hillary Clinton no constituyó la primera vez en que esta tesis se acepta; Clinton con Zedillo, Bush con Fox y Calderón, y Obama con Calderón en diciembre, también la aceptaron. Lo que Obama no se ha comprometido a hacer, y es evidente cómo evade la pregunta el domingo en Face the Nation, es a promover de nuevo la aprobación de la Federal Assault Weapons Ban que prescribió en 2004, ni mucho menos a buscar la abrogación de la Segunda Enmienda Constitucional. Ello implica que la única forma de reducir de manera significativa el flujo de armas de norte a sur es pasando a la báscula, en todos los sentidos de la palabra, a las personas, automóviles y tráileres que cruzan la frontera. Conviene recordar el viejo dicho: "cuidado con lo que deseas, porque puede convertirse en realidad"; un buen día habrá menos armas entrando a México, pero también menos turistas y comercio.Tercera confusión: tanto la comentocracia como Obama y Clinton cuando hablan para México, insisten en la necesidad de reducir el consumo de estupefacientes en EU. Pero no sólo en sus actos sino en sus convicciones y en sus nombramientos, afortunadamente parecen encaminarse mucho más a la tesis de "reducción del daño" que a la de reducción de la demanda. Les preguntaría a mis amigos de la comentocracia mexicana: ¿de veras creen que EU debe reducir el consumo de droga al norte de la frontera, o deben seguir por el sendero cada vez más ancho de despenalizar el consumo, eliminar las sentencias obligatorias por posesión (como lo acaba de hacer el gobernador Paterson de NY con las odiosas Leyes Rockefeller), tratar a los adictos, y utilizar mecanismos de mercado para inducir el consumo de drogas más blandas y mermar el de drogas duras? Dudo que Obama, Biden y su hija, Clinton y su marido, estén a favor del combate al consumo; creo más bien que están con The Economist, Adelman, Soros y muchos más, a favor del combate al daño: sida, violencia, corrupción, vidas destruidas, etcétera.Cuarta y última confusión. Con frecuencia el presidente Calderón da nuevas razones de por qué declaró la guerra al narco. Empezó con la famosa metástasis cancerosa en la cavidad abdominal -metáfora para ilustrar la penetración del narco en todas las esferas del Estado. Pero a menos de que se confirmen rumores sobre el inminente arresto de un ex gobernador y de un ex presidente municipal del PRI, o de un gobernador en funciones del PRI, no ha detenido a un solo narco-político. Luego declaró que la guerra era para salvar a nuestros hijos, ya que México se había convertido en un país de consumo. Sólo que el gobierno no ha podido presentar un solo estudio o análisis que demuestre con datos duros que el número de adictos o de usuarios ocasionales de drogas ilícitas en México haya aumentado más que el crecimiento natural de la población.Y ahora en Londres nos informa que "es muy claro que hay una correlación desde el momento en que se quitó la prohibición de venta de armas (y) de rifles de asalto, en EU, en 2004" y la violencia generada de los cárteles. Cuando uno cambia de explicación como de traje, y se es inteligente y de buen gusto como es el caso de Calderón, es porque tanto los trajes como las explicaciones lo dejan insatisfecho.Quizás empiece a entreabrirse un nuevo horizonte. De enero a marzo de este año, cayó casi en 60% el número de ejecuciones en el segundo estado más violento del país: Sinaloa. Siguen arriba de enero-marzo de 2008, pero muy por debajo de octubre-noviembre de 2008. Una explicación que circula es que el gobierno estatal, junto con el responsable de la región militar, el Gral. Roberto Miranda, ex jefe del EMP de Zedillo, recién mutado a la fuerza aérea, y los enlaces oficiosos de El Mayo Zambada, El Chapo y de Vicente Carrillo, llegaron a un entendimiento para parar las venganzas, las entregas (salvo la de Vicentillo) y la violencia. Lo habrían acordado tácitamente para evitar que el agua llegara al río -las mamás de Zambada, Guzmán y Carrillo radican en Culiacán, Navolato y Badiraguato- y para dejar de afectar el negocio. A cambio, indiferencia de las autoridades municipales y estatales, y actividad intermitente del Ejército. Veremos en los meses por venir si persiste la baja en las ejecuciones y el monto de los flujos al norte.

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