Por breve que sea una estancia en China, uno puede quedar impresionado por el esfuerzo en infraestructura que el gobierno ha realizado a lo largo del último cuarto de siglo. Es evidente que las autoridades chinas han construido una infraestructura, no solo para fomentar el crecimiento económico de ahora, sino para “aguantar” o sostener el crecimiento económico futuro.
Un ejemplo es el aeropuerto de Hong Kong. Inaugurado en 1998, hoy transporta 60 millones de pasajeros al año. Tiene dos pistas separadas por una distancia suficiente para permitir aterrizajes y despegues simultáneos. Su costo inicial se estimó en 20 mil millones de dólares, que finalmente terminó siendo de 27, es decir, un sobre precio de 35%. La construcción duró siete años, habiendo sido prevista para seis. Si bien existe en teoría una ampliación a una tercera pista, esta tendría que ser recuperada al mar (al igual que las dos primeras) pero a un costo y una duración muy superior a hace 20 años. Parece improbable que esto comience antes del año 2020.
La pregunta que nos debemos hacer en México a propósito del NAICM, es la cuadratura de nuestras cuentas. Sé que el nuevo aeropuerto está en las manos competentes de Manuel Ángel Núñez Soto, pero sigue habiendo preguntas sin respuestas claras. A la luz de la experiencia de Hong Kong, van algunas de ellas.
Si Hong Kong recibe hoy 60 millones de pasajeros y de aquí a 2020 este número subirá por lo menos a 90 millones, y lo puede hacer solo con dos pistas, ¿para qué necesitamos tres para la estimación de 60 millones de pasajeros que tendría el NAICM en 2020, año previsto para la terminación de su primera etapa? ¿Cuánto cuesta la pista adicional y para qué es? Si el costo previsto por ahora es de 13 mil millones de dólares para la primera etapa y un plazo de construcción de cinco años, en vista de los sobreprecios de los casos más recientes, ¿cuál puede ser una estimación realista del verdadero costo y plazo de la primera etapa? Por último, ¿cuál sería el costo de una tercera pista en el AICM a mil 200 metros de la que alimenta a la terminal 2 y que permitiría aterrizajes simultáneos y que sin duda entraña complejidades técnicas, hidrológicas, de mecánica de suelos, de medio ambiente y de espacio aéreo complejas, pero que aún con todo no necesariamente cuesta lo que va a costar el NAICM con sus tres pistas? El ejemplo de Hong Kong es ilustrativo de muchas cosas; no dudo que las autoridades de la SCT y del NAICM las han estudiado y las han tomado en cuenta.