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La mariguana y los “osos”

Milenio

Grupo Milenio

El proyecto de sentencia del ministro Arturo Zaldívar de la SCJN en el caso del amparo solicitado por Smart, un grupo de ciudadanos deseosos de crear clubes de autoproducción y autoconsumo de mariguana, le ofrece a México una oportunidad para dejar de hacer osos y adoptar una posición de modernidad y vanguardia. Ojalá no la desaprovechemos.
El proyecto consta de dos apartados. 1) Analiza el alcance del derecho humano al libre desarrollo de la personalidad. Concluye que las conductas de asueto y esparcimiento elegidas por cada individuo se encuentran protegidas por tal derecho. 2) Analiza si la política prohibicionista del Estado mexicano ha restringido de forma desproporcionada o indebida ese derecho humano. Concluye que sí, y ordena a la Cofepris otorgar a los quejosos autorización para ejercer todas las actividades relativas al autoconsumo de cannabis (siembra, cultivo, cosecha, preparación, acondicionamiento, posesión, transporte), excluyendo las de comercio.
Tres actores decisivos podrían contribuir a la aprobación de este proyecto en la Primera Sala de la SCJN, si hacen a un lado sus prejuicios conservadores. Primero, los ministros. Creo que Zaldívar cuenta con el voto de Olga Sánchez Cordero, debido a su liberalismo y modernidad comprobados. Debiera contar con los de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, por su juventud y sus años de vida en Washington, y de José Ramón Cosío, quien además de ser también joven, fue director de Derecho en el ITAM, escuela donde hace cuatro años Aguilar Camín y yo sometimos a referendo la legalización de la mariguana, que ganó abrumadoramente. Solo espero que consideraciones personales no lleven a Cosío a oponerse a un proyecto contra el cual su inteligencia no le permite oponerse.
Segundo: el gobierno de EPN. Todos conocemos su conservadurismo en la materia, pero también su apertura. ¿Por qué no dejar de litigar el asunto? Parecería más sensato instruir a Salud y a la PGR que saquen las manos y acepten públicamente que el tema debe tratarse en el ámbito de los derechos humanos, y nada más.
Y, por último, los que llamo los “panaceos”, es decir, el sector de la comentocracia que repite que la legalización, las candidaturas independientes, la segunda vuelta, el referendo, el cabildeo en EU, el aborto, no son una panacea. Como si alguien sostuviera que sí lo son.
Zaldívar ha dado al país una gran oportunidad de apartarnos del nuevo lema nacional: “Comandante, hay un hoyo en la regadera”. Dejemos de hacer el ridículo, un rato por lo menos.

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