Faltan dos semanas para las elecciones del 5 de junio, en las que se comenzarán a despejar algunas de las incógnitas de la sucesión presidencial de 2018. De lo que suceda en 15 días dependerá la suerte de figuras personales y políticas de esta temporada.
La primera interrogante clave consiste en el desempeño del PRI. Aunque tuvo el peor resultado de su historia en elecciones intermedias el año pasado, la tremenda impopularidad del presidente Peña Nieto y de su gabinete aún no se refleja plenamente en los comicios o las encuestas. Las 12 elecciones estatales y las municipales en Tijuana podrán aportarnos más datos. Si como lo ha dicho el presidente del PRI, su partido se lleva 8 o 9 de las gubernaturas en juego, habrá logrado un gran triunfo, aún cuando no todos los estados son iguales: Aguascalientes o Tlaxcala no equivalen a Veracruz o Puebla. En cambio, si como lo sugieren algunas encuestas, Manlio Fabio Beltrones solo consigue ganar en Sinaloa, Hidalgo, Oaxaca y Durango, y sobre todo si pierde Veracruz y Puebla, el panorama risueño divisado por Peña y Cía. para 2018 empezará a ensombrecerse.
Una segunda pregunta atañe a Morena y López Obrador. Se podrán comparar sus porcentajes de votación el 5 de junio con las cifras de 2015 y de ese modo determinar si su marcha ascendiente siguió. El mejor indicador será si AMLO da la sorpresa y se lleva dos estados, Zacatecas y Veracruz. En este último el chiquero puede abrirle camino a un pejista desconocido, garantizándole a López Obrador el control del tercer padrón del país y un presupuesto anual de casi 10 mil millones de dólares. El porcentaje de votos que alcance Morena en Ciudad de México constituirá otro termómetro.
Por último, las candidaturas independientes. No se vislumbran señales que sugieran una victoria independiente en ninguna de las gubernaturas, aunque sí en dos grandes ciudades, Tijuana y Ciudad Juárez. La comparación más precisa, aunque no la que más atención atraiga, es la que coteje el porcentaje de votos de los independientes en los 12 estados este año y el de 2015 en las mismas entidades. No son idénticos los números, ya que el año pasado en esos estados se celebraron elecciones legislativas federales, y en 2016 para el Poder Ejecutivo local. Pero de cualquier manera se podrá evaluar si la tendencia se mantiene o se estabiliza en cerca de 10 por ciento del voto.
Las alianzas PAN-PRD también estarán a prueba, pero sin carácter premonitorio. No existe ninguna base sólida para una coalición de ambos partidos en 2018, salvo el deseo de cada uno de no perder. No basta. El PRI, AMLO y los independientes son los que pintan este 5 de junio, para bien o para mal.