Salvo la enigmática e irreverente referencia de Andrés Manuel López Obrador a que su lucha contra la corrupción rayará en la locura, el discurso más interesante de ayer fue el de Ricardo Anaya.
Salvo la enigmática e irreverente referencia de Andrés Manuel López Obrador a que su lucha contra la corrupción rayará en la locura, el discurso más interesante de ayer fue el de Ricardo Anaya.