Al imaginar la escena de un anciano Fidel Castro y un enfermo Hugo Chávez charlando en un sanatorio de La Habana para convalecientes sobre las fechorías del imperialismo y las virtudes eternas de Bolívar y Martí, uno no puede más que recordar…
Al imaginar la escena de un anciano Fidel Castro y un enfermo Hugo Chávez charlando en un sanatorio de La Habana para convalecientes sobre las fechorías del imperialismo y las virtudes eternas de Bolívar y Martí, uno no puede más que recordar…