Está de moda la idea de la relocalización de empresas de China en otras regiones del mundo. El llamado nearshoring, o friendshoring, o incluso allyshoring, ha seducido a empresarios, analistas, bancos, instituciones financieras internacionales y Gobiernos. Se trata de un proceso verosímil, sencillo, atractivo para muchos países, pero de una concreción incierta.