Cada año la encuestadora chilena Marta Lagos realiza, con The Economist, el Latinobarómetro. Por tratarse de un estudio muy bien hecho y con continuidad en el tiempo, es un instrumento invaluable para comparar los estados de ánimo intra y entre países. El informe fue publicado la semana pasada. Reforma y The Economist citaron algunos resultados que quisiera comentar.Pero me propongo hacerlo a la luz del nuevo libro de Héctor Aguilar Camín y el que escribe que saldrá a inicio de año: Regreso al futuro, continuación del publicado hace un año: Un futuro para México -un adelanto aparece en el número de diciembre de la revista Nexos. En este nuevo texto sintetizamos parte de lo que vimos, que es sólo parte de la realidad, en presentaciones y discusiones del libro anterior en más de 25 ciudades durante este año. Sin pretender hacer una síntesis, podríamos resumir la primera parte del texto con una frase que acuñó Aguilar Camín y que adoptamos para mostrar la brecha entre el estado de ánimo de la población y la realidad del país: México es un país ballena que se sigue creyendo un ajolote. En otras palabras, decimos que la percepción que tiene México de sí mismo contrasta con la realidad estadística, con las comparaciones internacionales, con las comparaciones del país consigo mismo a lo largo del tiempo, en cualquier ámbito: PIB per cápita, reducción de la pobreza, reducción de la desigualdad, índices de violencia, salud, vivienda y dimensiones de la clase media, salvo en materia educativa como lo muestra el examen PISA. Lo hacemos sin ánimo de apoyo o crítica a los gobiernos de los últimos 10 años o los de antes; quien haya leído artículos, ensayos o libros de Aguilar Camín o míos sabe que nuestras críticas al gobierno actual (principalmente mías), al de Fox (principalmente de Aguilar Camín) y al de Zedillo (principalmente mías) han sido constantes y en ocasiones vehementes. Pero no podemos dejar de extrañarnos por la distancia que impera entre la ballena y el ajolote. Datos del Latinobarómetro lo ilustran claramente.A la pregunta: ¿Diría usted que está muy satisfecho, más bien satisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en su país? México queda en último lugar, sólo 27% dicen estar satisfechos y 69% no satisfechos. El promedio regional es 44% satisfechos y 52% no satisfechos; el primer país, por mucho, es Uruguay; otros siete países se ubican por arriba del promedio. Si nos remitimos a la evolución reciente de México, vemos que la cifra de 27% satisfechos no es la más baja, en 2004 fue de 17%, y la más alta fue 45% en 1997 y 41% en 2006. A la pregunta: ¿Diría usted que está muy satisfecho, más bien satisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de la economía? México también queda en el último lugar: 17% de la gente dice estar y el 80% lo contrario. De nuevo, 2010 tampoco es el peor año: 2008 y 2009 fueron peores, 2003 fue idéntico.Ahora bien, es cierto que la economía mexicana tuvo el peor desempeño regional en 2009. Por tanto es lógico que una encuesta levantada entre septiembre y octubre de 2010, con la recuperación en ciernes, lo refleje. También es cierto que cuando la gente está enojada con el estado de la economía, también se enoja con todo lo demás. Para cualquiera que estudia, observa o viaja por América Latina, es evidente que la economía y la democracia mexicanas se encuentran en mucho mejor estado que el de la gran mayoría, sobre todo de aquellos países que enfrentan dificultades de toda índole: los centroamericanos y del Caribe; Venezuela, Paraguay, la propia Argentina, e incluso Colombia o Ecuador y Bolivia, pero ésa no es la percepción de los mexicanos sobre sí mismos. Entender las razones del desencuentro entre la ballena y el ajolote es uno de los temas de Regreso al futuro; y es uno de los retos más importantes del país al entrar, ya de lleno, en la sucesión de 2012. www.jorgecastaneda.org; jorgegcastaneda@gmail.com
La ballena que se cree ajolote
