Reparar el lío que heredará del gobierno de Bush no será una tarea sencilla para el próximo gobierno de Estados Unidos. En América Latina, será particularmente difícil. La razón es sencilla, pero paradójica. George W. Bush elevó enormemente las expectativas cuando tomó posesión y anunció que haría de la relación con América Latina, en general, y con México, en particular, una prioridad.