Las preguntas lanzadas en desplegado abierto a los candidatos presidenciales son un buen reto, pero de no darse el ejercicio en su versión de enchilada completa —hacerlas ante un foro de preferencia académico, con contrarréplicas— no servirán para nada; como si no supiéramos ya que todo se arreglará cumpliendo los compromisos con amor y visión femenina. Vaya, los aludidos han abordado ad nauseam los temas del texto, pero solo con las vaguedades y lugares comunes de siempre.Sabemos que López Obrador, a pesar de alabar el éxito económico del gobierno izquierdista de Lula da Silva, éxito basado en mucho en la apertura de la anquilosada petroquímica pública brasileña a inversionistas privados y extranjeros, veta vehementemente esa posibilidad para Pemex; lo que no sabemos es por qué centra su estrategia económica en una industria que va de salida y que rara vez cimenta crecimientos futuros. Que todos los problemas de la paraestatal se eliminarán quitando la corrupción es para dar ternurita; primero, porque ese no es el punto y, segundo, porque la administración capitalina de AMLO no destacó precisamente por su honestidad valiente.Vázquez Mota habla de mejorar la calidad de la educación, y con eso es difícil no estar de acuerdo; lo que no aborda es que esa mejora urgente será imposible si antes no se elimina la injerencia de los sindicatos en las competencias pedagógicas, ámbitos donde nunca debieron haber entrado; ah, el elefante en la habitación: ¿qué hacer entonces con Elba Esther Gordillo? ¿Puede algún presidente mexicano abordar el trágico desempeño de La Maestra fuera de consideraciones políticas?Peña Nieto, cuya gestión destacó por su impecable mercadotecnia, habla de crear una fiscalía anticorrupción al tiempo que se rodea de ex gobernadores y de operadores preciosos. ¿Alguien realmente cree que va a afirmar sin despeinarse que cuando llegue a la silla todo el botín va a ser para sus cuates como en los viejos, buenos tiempos, cuando eran una dictadura y hacían de las nubes terciopelo?Lo que está por verse es si a alguien le interesan las precisiones; la pobreza de los eslóganes gastados parece bastarle a gran parte del electorado mexicano.Difícilmente alguno de los contendientes posee el acervo intelectual necesario para enfrentar un debate crítico, pero los candidatos no necesitan eso para ganar y lograr un buen gobierno, para lo cual la virtud sí sería necesaria, no parece estar entre sus prioridades: mi apuesta es que cuando menos uno no aceptará el reto. Ya veremos.Twitter.@robertayque