El ex titular de la SRE plantea crear una policía nacional para relevar al Ejército de las funciones de seguridad pública; recuerda que se han perdido 11 años en concretar este proyecto y aún no hay resultados.La estrategia de Felipe Calderón contra el narcotráfico es fallida y este gobierno entregará el mismo “dilema a su sucesor” de no haber un viraje pronto que incluya la reducción de los daños colaterales generados por el hampa, aseguró el ex canciller Jorge G. Castañeda.En entrevista con MILENIO por la publicación de su libro El narco: la guerra fallida, escrito en coautoría con Rubén Aguilar, ex vocero de Vicente Fox, Castañeda asegura que el gobierno federal miente en las premisas que enarbola en la guerra contra el narcotráfico.“Lo que intentamos demostrar es que las premisas que ha utilizado el gobierno no se sostienen, sobre todo las relacionadas con el aumento en el consumo interno (de droga), la violencia que se ha incrementado y en la supuesta responsabilidad de Estados Unidos en el tráfico de armas”.¿Por qué mantiene Calderón una presunta estrategia fallida?Es una estrategia fallida si tomamos como referencia una cita de Colin Powell cuando era jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, en la cual dice que para entrar a una guerra se necesita tener una fuerza aplastante —que no tenemos—, se necesita una definición clara del triunfo —¿en qué consiste ganar?, ¿cómo saber si se ganó? Hoy no tenemos una estrategia de salida— y finalmente, dice Powell, se necesita el apoyo de la gente.“Todo indica que ese apoyo sí lo tiene Calderón, pero tiene puntos débiles. Por ejemplo, en distintas encuestas realizadas en Ciudad Juárez cuatro meses después de la Operación Conjunta la gente dice que no se siente segura, que no cree que eso funcione y que no se siente tranquila. Hay que ser claros al decir que ahí donde tiene lugar la guerra la gente parece dar un menor apoyo al gobierno. Por eso la última premisa de Colin Powell no se sostiene del todo.¿Es una estrategia punitiva?El actual gobierno tiene una estrategia de más ataque frontal al narco que de salud pública, reducción del daño o de sellar sus fronteras. Es una estrategia que busca golpear a los cárteles, decomisar, detener, arrestar y puede, efectivamente, redundar en muchos detenidos y decomisos, pero no vemos que esté disminuyendo la violencia —al contrario, ésta ha aumentado— ni la cantidad de droga que llega a México o la que va a Estados Unidos. Es una estrategia que no parece estar funcionando.¿El problema del narcotráfico está, entonces, siendo mal administrado por el gobierno federal?Lo que tiene que hacer el gobierno es combatir los daños colaterales del narco: violencia, derecho de piso (extorsión) y, en su caso, narcomenudeo. Por cierto, en el libro damos la última cifra (de adictos) y demostramos con datos oficiales que el consumo no ha aumentado, se ha mantenido igual.“En los últimos tres años los aumentos son de 25 mil adictos anuales, lo que en un país de 110 millones de habitantes francamente no es mucho. Por ello, más que administrar el problema se tiene que reducir el daño y poner en práctica una postura distinta, más parecida a la del pasado, pero actualizada, en lugar de esta guerra frontal y sin cuartel que se tiene todo el tiempo y que no parece estar funcionando.¿Qué opina sobre la militarización?Mientras no se cree una policía nacional única los gobiernos no tendrán más remedio que meter al Ejército (en funciones de seguridad), pero involucrar a los militares no resuelve el problema, porque cuando se retiren volverán los narcos y al Ejército no se le puede dejar permanentemente en todos los estados de la República. Lo que nosotros sostenemos en el libro es que tiene más sentido crear una policía nacional y replegar al Ejército a estrategias tácticas mientras se crea esa corporación.“A Ernesto Zedillo se le fueron dos años; la creó (la policía nacional), pero no la pudo concretar. A Vicente Fox se le fueron seis años y no la pudo ampliar, y a Felipe Calderón ya se le fueron tres. Hoy no existe un solo egresado operacional, es decir, de combate. De la academia de San Luis Potosí ha habido egresados de inteligencia en análisis, pero operacionales no hay ninguno.Tenemos que ser claros al decir que se han ido 11 años sin crear esa policía nacional y eso nos llevó a meter al Ejército. Si en lugar de haberlo hecho se hubieran abocado a crear esta corporación, entonces sí habría alternativas y no estarían en el mismo dilema, que incluso se podría delegar a la siguiente administración.En el libro proponemos una estrategia alternativa basada en cinco puntos. Entre los más importantes destaca abatir los daños colaterales en la lucha contra el narcotráfico, crear la policía nacional y abrir el debate sobre la despenalización de las drogas.