El ilustre Estado vs. el ciudadano idiota…Juan Pablo Becerra-AcostaLunes 18 de Febrero 2008Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 35. “Son prerrogativas del ciudadano: (…). II. Poder ser votado para todos los cargos de elección popular (…)”.Los ciudadanos de este país supuestamente tienen el derecho de participar en las elecciones y, en caso de ganar el proceso electoral en el que compitan, pueden ser electos como alcaldes, legisladores, gobernadores, y hasta presidentes de la República.Bueno, pues resulta que no: ningún ciudadano puede participar en un proceso electoral… a menos que sea postulado por un partido. Es decir, que si usted quiere servir al país en un puesto de elección popular pero sus convicciones e ideales son distintos a los que enarbolan PRI, PAN, PRD y los demás partidos, usted —como le decía la semana pasada— ya se jodió.¿Por qué? Porque, cimentada en las leyes secundarias, nuestra aristocracia política nacional ha construido una partidocracia que discrimina a los ciudadanos independientes. No es una apreciación, es un hecho. Vea usted: “Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Artículo 218. 1. Corresponde exclusivamente a los partidos políticos nacionales el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular”. A pesar de esta bárbara restricción, algunos estados ya estaban permitiendo las candidaturas sin partido, pero ¿qué cree? Que los partidócratas temieron un contagio nacional y… ¡reformaron la Constitución! Publicada el pasado 13 de noviembre, la reforma establece: “Artículo 116. Las Constituciones y leyes de los Estados en materia electoral garantizarán que: (…); e) Los partidos políticos (…) tengan reconocido el derecho exclusivo para solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular (…)”. Contrapusieron el espíritu libertario del artículo 35 con el restrictivo del 116. Por eso insisto: ojalá que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que atiende el caso de Jorge Castañeda vs. el “Ilustre Estado” mexicano (el ex canciller demandó porque se le impidió registrase como candidato presidencial sin partido en 2006), dé un fallo (el cual tendría que acatar el Estado, ya que México es signatario de la Convención Americana de Derechos Humanos) a fin de que se permitan las candidaturas ciudadanas. ¿Qué se piensa la partidocracia? ¿Que tiene que tutelar a los ciudadanos porque son unos idiotas que carecen de capacidad política? Pues a lo mejor se van a joder…