Entre el 2000 y el 2003, como canciller de México, Jorge Castañeda Gutman (54) fue testigo directo de las dificultades que tenía el gobierno de Ricardo Lagos para entenderse con los países de la región. Ahora, este doctor en Historia Económica de la Universidad de París ve cómo los problemas vuel- ven a presentarse. “No es que Chile esté aislado”, afirma desde Ciudad de México, el punto es si fue acertada la estrategia que implementó el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet de “estar en buena con todos”. Cuando asumió la Presidenta Bachelet afirmó que iba a priorizar en política exterior la relación con la región, pero a estas alturas no se ve una definición de dónde poner los acentos… Cabe preguntarse si fue una buena idea que el gobierno chileno se plan- teara hace casi dos años si se podía tener una buena relación con todos, cuandos todos los países están peleados con todos. Así no hay manera, es humanamente imposible. ¿Cuándo ha estado más aislado Chile de sus vecinos? ¿Bajo la administración de Lagos o ahora con Bachelet? La Presidenta Bachelet no está enfrentando dificultades mayores que las que vivió en su momento el Presidente Lagos. Chile, además, no está en una situación distinta de la de otros países en un continente como es América Latina hoy, tan dividido, tan polarizado entre distintos enfoques internacionales, nacionales, económicos y políticos. Es imposible llevarse bien con todos al mismo tiempo, no hay manera. Es una ilusión, una quimera pensar que se puede mantener una buena relación con todos los países del continente. Es también una actitud irresponsable de los gobiernos proponérsela. ¿Parte de ese error está en tener a una Presidenta de izquierda y una Cancillería con un enfoque más cercano a las derechas regionales? Esa contradicción quedó de manifiesto en la pasada votación para la candidatura latinoamericana al Consejo de Seguridad. Todo indica que la Presidenta, La Moneda y el Partido Socialista no querían oponerse a Chávez, mientras el canciller Foxley era partidario de abstenerse e, incluso, de votar por Guatemala. Es cierto que hay tensiones, roces, pero éstos son propios de un gobierno de coalición. Lagos y Frei también sufrie- ron esas tensiones. Pero en general, la idea de que todos los países de América Latina nos queremos mucho, de que todos venimos de los mismos orígenes y bla, bla, bla, es pura retórica bastante empobrecida, bastante ramplona, casi pueblerina. La Presidenta Bachelet no ha resuelto esa contradicción al interior de su gobierno, ¿esperaba una actitud diferente de parte de ella? Yo tenía la esperanza de que la Presidenta Bachelet fuera más activa,más protagónica en el ámbito internacional. Pero por razones que ella debe saber ha decidido ser menos activa de lo que hubiésemos querido. Espero, eso sí, que Chile gane la elección para integrar la comisión de Derechos Humanos en Ginebra, que siga siendo activo en la OEA y que se acerque realmente más a los países que piensan como Chile, lo que implica dejar atrás la ilusión de que puede entenderse como grandes amigos con países que no piensan de la misma manera, aunque haya razones fronterizas para ser cuidadosos. Argentina, Perú y Bolivia ¿Cree posible una alianza fina con Argentina con el problema del gas presente y las desconfianzas que genera el incumplimiento de los contratos por parte de Buenos Aires? No, será muy difícil que Chile se entienda con la Argentina de los Kirchner, por más que lo intente. También será muy difícil que logre un entendimiento con la Bolivia de Evo Morales o con Chávez. Sí creo aún posible que tenga un entendimiento con Alan García, pese a las provocaciones de Ollanta Humala y a las dificultades por el conflicto de límites marítimos. También puede entenderse con la Colombia de Uribe y se está llevando bien con Calderón en México. ¿Por qué cree que Chile puede seguir entendiéndose con Perú des- pués de que se entabló el conflicto por la frontera marítima? Es cierto que este problema gene- ra dificultades, los que se ven agranda- dos por las declaraciones de Humala y por ciertas críticas que se hacen en Chile a la postura del Perú, que, a su vez, obligan al gobierno de García a definiciones algo extremas. Pero estas diferencias, al igual que las que Chile tiene con Bolivia, no son de ayer. Tampoco lo son las diferencias que tiene México con Brasil, ni las que tienen tantos países de la región con otras naciones latinoamericanas. América Latina nunca ha vivido en ese idilio de hermandad, de cariño, de que todos nos queremos mucho. Ese es un invento completo, nunca ha sido así y no veo cómo va a serlo ahora. No veo por qué van a desaparecer de la noche a la mañana los problemas seculares de Chile con Perú y con Bolivia. Bolivia espera que Chile plantee una solución al tema marítimo durante el próximo encuentro de vicecancilleres. ¿No es peligroso que se hayan elevado tanto las expectativas? Cuando no hay condiciones para lograr los objetivos no es una buena idea subir mucho las expectativas. El problema es que cuando uno comienza a trabajar un tema, nunca sabe si están las condiciones políticas. Si la Presidenta Bachelet pudiera resolver el conflicto con Bolivia sería una enorme medalla que se colgaría ella y le despejaría el camino a su sucesor en un tema que realmente ha sido una verdadera pesadilla, tanto para Chile como para Bolivia, desde hace más de un siglo. Por lo mismo, creo que vale la pena intentarlo. Lo que puede suceder es que no resulte, y si eso pasa el único riesgo es volver al statu quo que había antes. ¿Chile y Bolivia pueden avanzar en el diálogo sin entrar de lleno a tocar el tema del mar? Por supuesto. Chile y Bolivia llevan 100 años en esto y pueden seguir otros 100 años más. Hay que tener en claro al final del día que no pasa nada si las cosas no resultan. Jorge Castañeda, político y ex canciller de México: “Es ilusorio pensar que se puede tener una buena relación con todos” El destacado político mexicano esperaba un papel más protagónico de Bachelet en política exterior del que ha tenido y que ha sido un error, que debe dejar atrás, el intentar mantener una relación de grandes amigos con países que piensa muy distinto a Chile. Cabe preguntarse si fue una buena idea el que el gobierno chileno se planteara hace casi dos años la idea que sí se podía tener una buena relación con todos, cuando todos los países están peleados con todos”. Si la Presidenta Bachelet pudiera resolver el conflicto con Bolivia sería una enorme medalla que se colgaría ella y despejaría el camino a su sucesor en un tema que realmente ha sido una verdadera pesadilla”.