“El mérito histórico indiscutiblegenera más envidias que reconocimientos,sobre todo en vida de quien lo posee”.Edmundo O’ Goorman.En el número de noviembre de la revista NEXOS Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín realizan una interesante reflexión sobre las directrices que debe de tomar México si es que algún día pretende convertirse en un país moderno (porque posmodernos ya somos).Celebro que esta publicación regrese a los ejercicios intelectuales al alimón que tanto prestigio le dieron en la década de los ochenta, recuerdo especialmente los dúos que hacían Carlos Tello Macías y Pedro Vucovich, o aún mejor, Jorge Woldenberg y Rolando Cordera.En realidad buena parte del diagnóstico ya había sido presentado por los autores en colaboraciones por separado, sin embargo llama la atención lo bien que se engarzan los conceptos históricos, políticos y económicos, en un documento único que por sí mismo constituye la visión más acabada de una prospectiva integral para entrar de lleno al siglo XXI, aunque sea con una década de atraso.No voy a abundar mucho sobre las propuestas en particular, ya habrá foros especializados para ello, pero si intentaré aterrizar un poco al ámbito local algunas proposiciones concretas, tomando las particularidades de Yucatán a manera de escenario.Por principio de cuentas nuestra economía está vinculada a Norteamérica por una doble vía: Primero por una creciente migración laboral que de discreta a pasado a ser inocultable, y también por que las élites económicas están educadas en escuelas gringas, raro pero en esto concuerdan tanto la cúspide como la base de la maltrecha pirámide social; lo latinoamericano, con la excepción cultural de lo estrictamente caribeño, nos es algo cada vez más lejano.En segunda instancia la unificación de las policías es por demás urgente, las corporaciones municipales en el mejor de los casos realizan labores de orientación turística, el cuerpo estatal sin ser ninguna maravilla es quien saca el trabajo, cada vez con más apoyo de la federal preventiva.Desde un punto de vista político las candidaturas independientes fueron todo un éxito, del proceso electoral en 2007 no sólo surgió la primera alcaldía no partidista sino que ninguno de los que se fueron “por la libre” sacó menos de un 10% de la votación, atrás del PAN y del PRI pero muy por encima de todos los otros contendientes.Y para finalizar, creo que en nuestra tierra se evidencia como en ninguna otra parte la imperiosa necesidad de que la política social tenga un sólo rostro institucional, un sólo origen y un sólo destino. Las oficinas públicas estatales y federales duplican funciones, se sobreponen, se estorban, se meten el pie; toda prestación termina entrelazada en un laberinto programático que inevitablemente concluye en que nadie da, nadie aprovecha y al final del día todos terminan mal, los pobres continúan jodidos y los funcionarios desprestigiados.Seguro que no faltarán las voces que critiquen las propuestas del ensayo original como “inviables”, o que le otorguen un sesgo político a los distintos temas, se olvidad de que los autores, principalmente Castañeda, ha defendido con admirable congruencia estas ideas desde los tiempos en que existía algo llamado “socialismo real”. FSP.- Mérida Yucatán, 20 de noviembre del 2009.