Como observador y estudioso de la política pública, soy un crítico del reduccionismo que algunos pueden encontrar en el reciente ensayo de Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda publicado en Nexos. Sin embargo, tiene su mérito y hay que verlo así.Es valioso recoger en unas cuantas páginas de manera clara y ordenada una lista muy completa de los atrasos, los vicios y las características del México lento que no despierta, pero que necesita una sacudida para entender su mañana.Describe con precisión el México de tabúes y de políticos convenencieros, del País con grupos y élites más preocupados por ellos que ocupados por los demás. De la nación que no se mueve por miedo, frente a las injusticias y al desorden de la inseguridad a pesar del enorme sacrificio del actual Gobierno federal y de nuestro Ejercito nacional.México es un país con un Congreso plural desde 1997, pero sin ganas de tomar decisiones. Falló la lógica que vaticinaba los acuerdos y las coaliciones para gobernar si se tenía un poder legislativo sin mayorías.La propuesta ordenada y concisa del ensayo "Un futuro para México" incluye temas de reforma institucional que México necesita para plantarse hacia el futuro.Establecer el referendo en la Constitución, la doble vuelta en la elección presidencial para asegurar un Presidente de mayoría, candidaturas independientes, cláusula de gobernabilidad para el Ejecutivo en turno, reelección de alcaldes y diputados acompañada de una reducción en su número, una mayor efectividad en la regulación de la competencia, la afirmativa ficta para leyes que envíe el Ejecutivo asegurando que el Congreso no nade de muertito y el veto parcial presidencial para hacer efectivo el contrapeso de una Presidencia hoy acotada; son ejemplos de la lista que proponen.Siendo un seguidor de la idea de un semiparlamentarismo para México, la propuesta de Aguilar Camín y Castañeda es mucho más tersa en la reforma del Estado mexicano. Permite darle atribuciones al Poder Ejecutivo que ha perdido en los últimos años, pero con un contrapeso balanceado de las fuerzas legislativas y judiciales. Tiene sentido agregarle más análisis, pero los temas son prioritarios.En lo económico y social la propuesta es contundente: cambiar el modelo de combate a la pobreza por uno de generación de riqueza.Esto, aunque parezca difuso, tiene implicaciones muy importantes, pues los actores de la sociedad buscan precisamente mejorar el estado del bienestar de la sociedad: las empresas proveyendo mejores productos y servicios a un menor costo y con mayor calidad cuidando su factor laboral y el impacto ambiental; el sector académico revisando sus programas para orientar a México hacia la generación de la riqueza y no a la conducción de programas sociales.Por otro lado, los políticos, precisamente orientados a facilitar de una manera inequívoca la generación de oportunidades para que la economía se fortaleza, fluyan las inversiones, se garantice la seguridad jurídica y se respeten los contratos y dejen de estorbar las burocracias.Y también la sociedad civil buscando mejorar su desempeño en las tareas de aumentar el bienestar comunitario.Una propuesta así tendrá que venir acompañada de los incentivos para un diálogo productivo por la generación de la riqueza. Pero ¿cómo iniciar este diálogo?Proponen un IVA generalizado, dedicado exclusivamente a establecer una base de seguridad social en atención médica, de retiro y cesantía que permita a los actores privados y sociales hacer lo que saben hacer, generar inversiones y producir mejores empleos; mayor capacidad e inteligencia de los entes reguladores de la competencia y de la fiscalización para facilitar la actividad económica productiva.La lista ha sido ya revisada por muchos, despierta aprobaciones y rechazos, al menos merece ser analizada con cuidado y sobre todo incorporada en la agenda política.Paradójicamente muy pocos políticos han hablado de este ensayo por el futuro de México. Esto no es admisible, debemos obligarlos a opinar y a decidirse si desean continuar con su cómodo presente o se atreven a reformar el País para transformarlo con un mejor futuro para todos.Mientras tanto algo debemos hacer los ciudadanos. Por ello, ante estudiantes y académicos en Monterrey, Aguilar Camín contesta la pregunta: ¿qué puedo hacer yo para mejorar el futuro de México? Sin vacilar afirma el autor "un poco más".Un poco más de lo que actualmente haces y mejor. Si enseñas, enseña un poco más, si trabajas, trabaja un poco más y mejor, si diriges, dirige más y mejor. Si comunicas, comunica más y mejor, si juzgas, juzga más y mejor, si educas a tus hijos, edúcalos más y mejor, si gobiernas, gobierna más y mejor, y si te esfuerzas por algo, esfuérzate más.