Si el priismo tiene sus perennes muletillas como "política de Estado", "hasta las últimas consecuencias" o "caiga quien caiga"; la izquierda no se queda atrás. Entre sus preferidas está "proyecto de nación": nada le gusta tanto a la izquierda mexicana como hablar de "construir" un proyecto de nación. Tal vez el enésimo "proyecto de nación" que presenta AMLO este fin de semana sea el motivo de su partida definitiva del PRD, como algunos parecen pensar. Pero si no fuera así, me parece que para desilusión de muchos y deleite de otros, se puede construir ya la tesis que demuestre, sin lugar a dudas, que AMLO será el candidato único de la izquierda en el 2012.Va el razonamiento. El supuesto pacto entre AMLO y Ebrard sobre la manera de escoger al candidato de la izquierda no es tal. La gente de Ebrard alega que, en privado y/o en secreto, AMLO aceptó que se hiciera mediante encuestas. No lo creo pues en cualquier modalidad de elección interna estatutaria -primaria, asamblea o convención- AMLO aparece 2 a 1 arriba de Ebrard al seno del pueblo perredista, y hasta más. El supuesto control sobre el aparato por parte de Jesús Ortega, que jugaría a favor de Ebrard o de algún otro candidato, es pertinente para las luchas burocráticas pero no para escoger al candidato. Parece irreal pensar que AMLO permitirá cambiar las reglas en el último minuto y en su contra.Pero además, en las encuestas de carrera de caballo que se han levantado en tiempos recientes, se ve claramente que el argumento central de los partidarios de Marcelo Ebrard, por ahora, no se sostiene. En la última encuesta de GEA, por ejemplo, cuando se pregunta la preferencia electoral ofreciendo las opciones a) Peña Nieto, Creel y López Obrador, y b) Peña Nieto, Creel y Ebrard; AMLO y Ebrard quedan en un empate técnico: 11% AMLO y 10% Ebrard, y es lógico. Para la gran mayoría de la gente Ebrard es el delfín de AMLO y no hacen distinciones sustanciales entre ellos. También, no hay ninguna razón para suponer que antes de la campaña del 2012 Ebrard recoja más simpatías que AMLO en las carreras de caballo contra los otros candidatos. De tal suerte que, con las encuestas disponibles hoy, no se sostiene la tesis primordial de los partidarios de Ebrard para justificar su candidatura: que él sí puede ganar y AMLO no.Pero lo peor del caso es que todos ya sabemos lo que AMLO va a hacer, porque ya lo dijo -y sí, AMLO hace lo que dice y dice lo que hace, aunque sea una barbaridad-: él va a ir con cualquiera de sus registritos, PT o Convergencia. Además, para cualquiera de estos dos partidos su mejor negocio -de eso se trata- sería ir solo con AMLO de candidato, sin tener que compartir ganancias con los otros partidos en una amplia alianza que los obligaría a aceptar migajas. ¿Sería suicida para AMLO romper con el PRD e irse solo? Por supuesto, pero eso nunca ha sido motivo de preocupación para este personaje. Partiría a la mitad al electorado de izquierda, pero condenaría a la marginalidad una eventual candidatura de Ebrard.Por todas estas razones me permito vaticinar lo siguiente: AMLO va a ser candidato único de la izquierda y Ebrard no se la va a disputar sabiendo que no la gana; a cambio, el actual jefe de Gobierno negociará una senaduría para él y la candidatura de Mario Delgado al gobierno del DF.Dudo que a mucha gente de izquierda le interesen mayormente mis opiniones al respecto pero, por si las moscas, también pienso que ni Ebrard ni AMLO ni Dios Padre pueden darle la Presidencia a la izquierda mexicana, mientra ésta no lleve a acabo su Bad Godesberg, su Epinay o Suresnes, en donde abrace para siempre al mercado, a la democracia representativa y a los derechos humanos, a la globalización y la relación privilegiada con Estados Unidos, y donde deje atrás su vocación revolucionaria, su apoyo a la lucha armada cuando se presenta (EZLN, FARC, Hamás, Hezbolá) y su cubanofilia empedernida. Pero ésa es harina de otro costal. www.jorgecastaneda.org; jorgegcastaneda@gmail.com
AMLO y Ebrard en el 2012
