El Misterio de los mexicanosCarlos Ramiro Vargas Ecos de la Costa29 de junio de 2011Presente estuvo entre nosotros, ayer martes 28 de junio del 2011, uno de los intelectuales y políticos mexicanos con ascendencia hebrea, más polémicos de nuestra historia por lo menos contemporánea, Jorge Castañeda Gutman, quien invitado por la Escuela de buen Gobierno y Gestión Pública -dependiente de la Secretaría de Administración del Gobierno del Estado de Colima, conducida por el agudo politólogo y administrador profesional, Óscar Zurroza Barreda-, aprovechó de muy buen ánimo su estancia en la entidad para presentar su nuevo libro, producto de una investigación ardua entre fenomenólogos de la caracterología del mexicano, estudios antropológicos y estadísticas nacionales y globales, acerca del carácter o los rasgos distintivos en términos de psicología social que supuestamente distinguen al mexicano, a su “ser nacional”, entre los que destacan según el conferencista, nuestro acendrado individualismo, nuestra patológica dificultad para asociarnos horizontalmente, a diferencia de los brasileños o sudamericanos por ejemplo, nuestra poca competencia económica empresarial, -como nación y por ende como estado de Colima, estamos hundidos cerca del lugar 60 a nivel mundial-, así como nuestra dificultad temperamental?, para asumir en serio el conflicto, cuando en la realidad humano social y su historia, el conflicto es tan presente como su contraparte, la relativa armonía y estabilidad, sea psíquica, familiar, económica, política, militar e institucional, en general. Así las cosas, Castañeda Gutman nos remitió a autores básicos sobre el tema, tales como Manuel Gamio, Samuel Ramos, por supuesto Octavio Paz, Emlio Uranga, el psicoanalista Sergio Ramírez, Jorge Portillo, el antropólogo Roger Bartra y su colega Claudio Lomniz, fino amigo a quien tuve el gusto de conocer en la New York University, -donde ahora trabaja también Jorge Castañeda-, autor de un trabajo muy recomendable titulado Antropología de la Corrupción en México. Y para demostrar la tesis de que tales rasgos inherentes al comportamiento de la mayoría de los mexicanos, ya son una limitante para el desarrollo nacional, aun cuando en otras épocas quizás fue lo contrario, Castañeda Gutman sostiene que no es extraño por ende, que los mexicanos destaquemos sobre todo en deportes individuales y no en los colectivos, pues a lo largo de todas las olimpiadas en las que nuestro país ha sido invitado, tenemos que sólo hemos obtenido 55 medallas, de las cuales, 47 atañen a los deportes personales y nada más ocho a título grupal. Luego a manera de ironía, Gutman dice que en el futbol nunca hemos podido pasar a cuartos de final, y lo sucedido el sábado anterior en que la selección azteca venció a la estadounidense, según Castañeda, ha sido una excepción. Por cierto, el también autor de apenas 56 años de edad, de libros todos muy interesantes y claro que polémicos, tales como, Nicaragua, Contradicciones en la Revolución, 1980, Los Últimos Capitalismos, 1982, Límites en la amistad entre México y los Estados Unidos, 1989, La vida en rojo o una biografía del Che Guevara, 1997, o Arqueología de la Sucesión Presidencial en México, 1999, arguye que el ser un país de clase media, clase media mexicana y no escandinava o gringa o japonesa, pero clase media, es decir, con vivienda moderna, educación, acceso a las nuevas tecnologías, democrática en términos de democracia representativa, nos favorece para superarnos como nación y ser psicológica y culturalmente más abiertos frente a las exigencias del mundo, y nuestra propia realidad. Estadísticamente hablando, ello significa que de los 110 millones de mexicanos que somos, hay 50 millones de pobres de los cuales 20 millones son extremos, pero el resto, de clase media, o sea, 60 millones. En la sesión de preguntas, al inquirirle sobre cuál es la identidad del PRI hoy, dividida entre neoliberales filosalinistas a lo Peña Nieto y socialdemócratas, Gutman coincidió conmigo al aceptar que los primeros deberían de ser un solo partido con la derecha panista.Estación SufragioAdalberto Carvajal Ecos de la Costa29 de junio de 2011PASADO MAÑANA: El título de la conferencia que Jorge Castañeda impartió en el marco de las actividades de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, Mañana o pasado: El misterio de los mexicanos, es también el de su más reciente libro, que está en la mesa de novedades editoriales de Sam’s Club, por si a alguien le interesa. El mercado al que apunta define el contenido, no es un libro académico como otros que ha escrito el más polémico de los cancilleres que hayamos tenido en México, pero tampoco es lectura ligera. Lo escribió originalmente en inglés y, con ese antecedente, se puede caer en el chiste fácil de decir que lo escribió pensando en inglés. Castañeda Gutman es un prosista muy ameno, como lo descubrí en La herencia, arqueología de la sucesión presidencial en México, pero tiende a apabullar a su público con obras cada vez más voluminosas. Que una obra de divulgación tenga más de 400 páginas demuestra que el libro fue proyectado para el mercado anglosajón, donde los lectores comunes tienen una mayor disciplina para sumergirse en un texto extendido. Según el resumen de los organizadores, con esta nueva obra, el reconocido intelectual mexicano pretende dar respuesta a la pregunta: por qué no podemos dar (los mexicanos) ese último jalón hacia la modernidad, hacia la consolidación de una sociedad de clase media, de una democracia representativa, de una economía abierta, de una sociedad globalizada? La explicación que buscaron Samuel Ramos y Octavio Paz, en grandes ensayos que han conocido nuevas ediciones, pero también Mauricio González de la Garza y Roberto Blanco Moheno, con obras que hoy boquean en las librerías de viejo, se la plantearon en su respectivo tiempo Alan Riding y Andrés Oppenheimer. La comunidad internacional está dispuesta a creer que los mexicanos somos como somos por una herencia cultural que marchó en una dirección distinta a la de Estados Unidos. Y acaso el libro de Castañeda confirme sus sospechas. Un comercial del nuevo refresco de cola emparentado con los Jarritos, sostiene que los mexicanos somos así por el puro antojo. Castañeda adelantó que su reflexión busca entender la cultura de los mexicanos, su carácter nacional y los rasgos de ese carácter que permitieron forjar una nación donde no la había. Y agregó que uno de los rasgos del carácter nacional que más daña a los mexicanos es el extremo individualismo, que nos hace ir mal en equipo y hacer todo solos, pues no existe siquiera una ley que permita las acciones colectivas, no se ha publicado en el Diario Oficial y México es el último país de América Latina en contar con una ley de este tipo. Y explicó por qué nos resistimos a las acciones colectivas y a la participación comprometida en las luchas políticas; y de qué manera el crecimiento de la clase media no es una señal contundente de bienestar y confianza en los gobiernos. Su libro, dijo, se sustenta en un estudio riguroso realizado por filósofos, historiadores, economistas y demás intelectuales que han expresado su fervor y contrariedad por México, así como por las reflexiones de extranjeros que han visto en este país a una nación marcada por la hospitalidad o la barbarie, un país de apáticos a cualquier forma de competencia y de gente reacia a defender con firmeza sus convicciones. Habrá que leerlo. PÉSAME: Mis condolencias para el compañero reportero Juan Ramón Negrete.