Gil ponderaba el debate sobre la mariguana y la alta posibilidad de que esa droga se despenalice en la Ciudad de México, cuando desbarrancó su psique en un momento de vergüenza y estupor. Sí, Games se refiere a la postura de Liópez al respecto. Los diarios repercutieron la noticia, en especial Milenio, que le dio el espacio más destacado de su primera plana. ¿Listos? Se recomienda un cuartito de Tafil y un Paxil, la paroxetina controla los ataques de cólera y de angustia. Es que de veras. ¿Dónde nos metemos para evitarnos la pena de asistir al espectáculo bochornoso de un conservador furioso por los avances de algunas libertades civiles?En pocas palabras, de un plumazo, Liópez ha despreciado el debate sobre la despenalización de la mariguana durante la toma de protesta del comité delegacional de Morena en Azcapotzalco. Desde luego, Liópez está en su derecho de opinar lo que le venga en gana, pero Gamés no puede evadir los malos pensamientos: cualquier persona pensaría que el mayor líder de la izquierda mexicana aceptaría debatir un asunto tan importante como ése. Pues con la pena, este asunto de la mariguana es una cortina de humo, no sabemos si de mota, pues conviene a Enrique Peña Nieto y a Carlos Salinas. Así, con esa cachaza, Liópez sugiere que quienes se han involucrado en el tema son comparsas del presidente Peña y de Carlos Salinas.Daniel Venegas de su periódico Milenio le recordó que Miguel Ángel Mancera propuso la discusión del tema, entonces Liópez respondió: “Yo respeto su punto de vista, pero no estoy de acuerdo con él. Primero hay que garantizar el derecho del pueblo al trabajo, al salario justo, el que se combata la corrupción que impera en el país y que se garantice el derecho a la educación. Y sobre eso no hay nada en el Pacto, ni en la agenda”. La lógica de Liópez es de cemento armado. Como si alguien le peguntara a Gil: ¿te compraste zapatos?, y él contestara: sí, ayer fui al cine. Un capítulo más de esa política cuyo lema es “porque se me da la gana”.A Gamés no debería causarle asombro alguno la postura de Liópez. Tratándose de minorías, de resistencia cultural, de libertades individuales, el líder de Morena no dijo esta boca es mía durante los días en que se discutió la interrupción del embarazo, mucho menos a la hora de los matrimonios gays, y ni qué decir de las adopciones en parejas del mismo sexo. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: Liópez es un conservador, un líder conservador de izquierda. ¿Cómo la ven? Dicho esto sin el menor asomo de albur, no se vaya a persignar Liópez ante semejante sugerencia de majadería.La palabra progresismo ha quedado fuera del vocabulario de Liópez. Ir hacia delante, hacia algo mejor de lo que hay (RAE) no es un tema que a él le interese. A ese paso, Liópez acabará como la tía Eduviges: mariguanos sin oficio ni beneficio, pónganse a trabajar. Severiana: llámale a la patrulla y que se lleve a esos malvivientes.La miseria y la ignorancia son los dos grandes obstáculos para el progreso. Liópez lucha contra la miseria, pero favorece y privilegia la ignorancia, por eso facilita el pensamiento colectivo y desprecia el pensamiento individual y disidente. ¿Cómo ven a Gamés perorando sobre estos conceptos? Gamés puso cara de Ray-mond Aron y caviló: sí hay reaccionarios de izquierda, y Liópez es uno de ellos.Estas líneas de Savater espetaron dentro del ático: “El sectario quiere que los suyos salgan adelante a toda costa, aunque el conjunto del país sufra en su armonía o incluso corra peligro de desmoronarse”.Gil s’en va