Fracasó. En México la política prohibicionista contra las drogas causó un daño irreversible. La sociedad, ávida de un cambio de estrategia, padeció una de las guerras más catastróficas nunca antes registradas en la historia del país, la guerra contra el narcotráfico. Ante este estigma social, iniciado a tan solo 11 días del ejercicio presidencial de Felipe Calderón, la experiencia de otros países no deja de ser alentadora para México. En 2001, Portugal se convirtió en el primer país europeo que revocó oficialmente las sentencias criminales para personas que portan drogas, entre ellas, la mariguana, cocaína, heroína y metanfetaminas. En Estados Unidos, en el marco de las elecciones presidenciales de 2012, los estados de Washington y Colorado realizaron un referendo para permitir la distribución regulada de cannabis para uso no médico. En mayo pasado, el gobernador de Colorado, John Hickenlooper, firmó las leyes que aprueban el cultivo y la venta de mariguana en su estado. Por su parte, Corea del Norte —contrario a lo que establece la ley internacional— no considera a la mariguana como una droga, así que su cultivo y consumo no están penalizados. En ese contexto, el gobierno de Uruguay pretende lograr su legalización antes de que culmine este año. Frente a la disyuntiva de seguir o no con la estrategia militar en el país, legalizar el consumo de la mariguana en el Distrito Federal surge como una oportunidad viable para México. Ante este posible panorama, expertos en el tema han reanimado el debate público de las drogas desde diferentes trincheras.Es tiempo de legalizar El académico Jorge G. Castañeda, quien fuera secretario de Relaciones Exteriores del gobierno mexicano, ha realizado recientemente una serie de encuentros informativos con otros exfuncionarios mexicanos, así como con intelectuales y médicos especializados en el tema de las drogas. Su visión en torno a la legalización de la mariguana ha despertado el debate público en México, en el cual expone el daño que han causado las malas decisiones que ha tomado el gobierno de la República para el supuesto beneficio de la ciudadanía en general. En entrevista con Newsweek en Español, el excanciller analiza el contexto que atañe a México, atribuyéndole el fracaso en primera instancia “a la política punitiva y prohibicionista contra las drogas de Felipe Calderón, como también lo ha sido a través de los años la política prohibicionista del mundo entero; es decir, en 1961, cuando se realizó la primera convención sobre estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y en 1971, cuando el expresidente de Estados Unidos Richard Nixon declaró abiertamente la guerra contra las drogas. “Pero sin duda el fracaso más cercano —afirma— es el de México en el sexenio de Calderón, un suceso histórico que dejó un saldo de más de 70 000 muertos y 25 000 desaparecidos, además de múltiples violaciones a los derechos humanos, el desplome del turismo y un deterioro brutal de la imagen del país en el mundo”. Según el entrevistado, “la futilidad y la inutilidad completa de todo el costo que se pagó en México lo demuestra una guerra fallida contra el narcotráfico que inicia en Michoacán y que culmina con el desgobierno, la ausencia de Estado y la pérdida de control territorial de muchas regiones de la República Mexicana”. Es difícil precisar una fecha, pero es posible que la ambigüedad y los contradiscursos que dominaron la administración calderonista en torno al debate de la legalización de la mariguana desaparezcan en unos cuantos años. Ante este posible suceso, Castañeda explica su tesis sobre la despenalización de la planta y los efectos positivos que podría traer consigo dicha apertura para la ciudadanía y la buena regulación por parte del Estado mexicano. “El grupo de personas que estamos trabajando activamente en esto [Pedro Aspe, Juan Ramón de la Fuente, Héctor Aguilar Camín, Fernando Gómez Mont y María Elena Morera] pensamos que la legislación federal proporciona la regulación por cada estado de las dosis mínimas autorizadas; es decir, la propuesta de legalizar solo el consumo de la cannabis va aunado a lo que establece la Ley General de Salud: portar una dosis máxima de cinco gramos que permite a los estados —pensamos nosotros— ir hasta 1000 veces más de la cantidad establecida si así lo desean. “Sin reformar la Ley General se pueden lograr grandes avances —explica—, ya que simplemente al aplicarla en la ciudad de México de una manera distinta, el Distrito Federal lograría su autonomía con respecto a la regulación y el consumo de la mariguana”. Y menciona como ejemplos los estados de Washington y Colorado, en Estados Unidos, así como Cataluña y el País Vasco, en España, regiones donde el consumo de la planta ya está reglamentado de manera independiente y, a la vez, conjunta con el Estado. Y añade: “Sabemos que el nivel de adicción sí existe, nadie niega que hay gente adicta a la mariguana, pero la propensión a la adicción es mucho menor que a la cocaína, la heroína, el alcohol y, sobre todo, al tabaco e, incluso, a la comida chatarra. Por ese conjunto de razones nos limitamos los que estamos ahora —yo en lo personal— a esta droga”. Con el paso de los años, el Distrito Federal se ha convertido en una ciudad muy liberal, donde ya se aprobaron los matrimonios entre personas del mismo sexo, la interrupción legal del embarazo y donde ya existe una versión de muerte asistida o de voluntad anticipada; “eso nos hace pensar que la legalización de la mariguana puede ser aprobable por la sociedad capitalina y por las autoridades, porque obviamente si la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) no mostrara anuencia y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, no manifestara asertividad, pues simplemente esto no caminaría”. Más ciudadanía y menos criminales En el momento más ríspido del debate, la discusión sobre la legalización de la mariguana ha desatado posturas encontradas, dejando de lado las ventajas que traería consigo la despenalización de su consumo, unas de las más importantes: el decremento de la violencia en el país y la inestabilidad económica de los carteles de la droga. Jorge Castañeda comenta al respecto: “La legalización tiene efectos benéficos para la ciudadanía y tiene efectos negativos para los carteles, sin ser una panacea. El primer grupo de beneficiados son probablemente el 60 por ciento de los sentenciados que se encuentran en las cárceles mexicanas y que están ahí por delitos cometidos contra la salud, el 80 por ciento de los cuales son por delitos vinculados a la mariguana; es decir, toda esa gente está inútilmente en la cárcel —o la inmensa mayoría— porque no son narcotraficantes, no son el Chapo Guzmán, no son Caro Quintero. “El segundo grupo de beneficiados —añade— son los consumidores reales o potenciales, los cuales ya no tendrían que temer que el policía de la esquina los extorsione, incluso ya no estarían preocupados por la calidad de lo que compran ni tampoco deberían de temer por ser detenidos en donde van a comprar la droga, ya que esta se podría comprar, vender —y en su caso fumar— en todas partes como pasa con el alcohol o con el tabaco.“Y el tercer grupo de mexicanos beneficiados son todos aquellos que han padecido la violencia en el país, aquellos que hubieran perdido la vida o hubieran sido extorsionados gracias a las rentas extraordinarias que obtienen los carteles con la venta de la mariguana. ¿Cuántos son? No tenemos la menor idea. ¿A cuánto equivalen esas ganancias? Tampoco lo sabemos. Los narcotraficantes no nos han presentado su contabilidad ni su declaración de impuestos. Puede ser desde el 90 por ciento hasta el 10 ciento. Los cálculos más razonables tienden a decir que es de un 30 o 40 por ciento del negocio de los carteles mexicanos, esta cantidad puede ser distinta en otros países”. Bajo esta dinámica, al quitarles a los narcotraficantes mexicanos cierto porcentaje de ganancias que recaudan al año, “se va debilitando la estructura criminal que tienen para contratar sicarios, para corromper autoridades y, sobre todo, para abastecerse y reforzar su poderío a través de la compra de armas”.En caso de legalizarse la mariguana, ¿se está considerando que, además de esta, existen drogas sintéticas como las metanfetaminas, que han adquirido mayor relevancia y demanda en el mercado durante los últimos años? —pregunta Newsweek en Español. —Existen, aunque lo que ha sucedido aparentemente es que la mayoría de los laboratorios que antes estaban en México se han instalado en Estados Unidos. Incluso, se han vuelto el principal productor de metanfetaminas, éxtasis y cocaína, porque eso lo pueden producir allá sin ningún problema. “De manera sorprendente, los estadounidenses están cultivando mariguana, nos están desplazando, no sabemos si seguimos siendo el país que produce mayor cantidad de cannabis, pero es muy probable que ya no”. —¿“Colombianizar” México es la opción? Es decir, ¿permitir a Estados Unidos que intervenga de manera abierta en el combate frontal al narcotráfico con su estrategia e inteligencia militar? —Depende de lo que quieras. El corolario lógico de lo que Calderón quería hacer durante su administración era que existieran en México entre 10 000 y 15 000 instructores estadounidenses formando a la policía nacional que no tenemos. La guerra contra las drogas no la puede ganar México con los recursos que tiene. Es imposible. No estoy seguro de que se pueda ganar con los recursos de otro país, pero así no podemos. “Una de dos, o no libramos esta guerra —esa es mi postura— o nos buscamos los aliados necesarios para ganarla. ¿Quiénes son los aliados necesarios? El único es Estados Unidos porque al resto del mundo no le importa. Mucha gente afirma que hay muy buenos policías en Israel, ¿y en verdad les importa a los israelíes lo que pasa en Michoacán? Por supuesto que no. ¿A quién le importa? A los estadounidenses. ¿Quieres ayuda de ellos? Tiene que ser aquí [en México], no va a ser allá”. —La relación con Estados Unidos es disfuncional e incluso dispareja, ellos no ceden en el tráfico de armas, por mencionar un ejemplo…—No ceden ni lo piensan hacer un poco por lo mismo, porque no mandan al Ejército a las colonias populares de Chicago, de Los Ángeles o de Nueva York a buscar a narcomenudistas o a detener a los jóvenes que están ahí fumando. ¿Por qué? Porque no quieren. ¿Y por qué no quieren? Porque no vale la pena.“En lo que se refiere a la exportación de armas, hay un debate muy fuerte en Estados Unidos sobre si debe cambiarse o no la segunda enmienda de la Constitución, sobre si debe seguirse permitiendo o no la venta de armas que es legal y la exportación de armas que es ilegal, pero combatirla es complicadísimo, en suma, no lo hacen porque no quieren”. Replantear la estrategia En el país solo uno de cada tres mexicanos está a favor de la legalización de la mariguana. Existen aproximadamente un millón 300 000 personas de entre 12 y 65 años de edad que aceptan abiertamente que consumen cannabis, y por lo menos una gran parte de la población considera que esta droga es más dañina que el alcohol e, incluso, que el tabaco. Estas son cifras que precisa el estudio de De la Riva Group, una encuesta con 800 casos con un 95 por ciento de nivel confianza, realizada a hombres y mujeres mayores de 18 años en una cobertura nacional entre los meses de abril y mayo de 2013. Algunos de los argumentos más destacados a favor y en contra de la legalización son el cuestionamiento de la problemática planteada, es decir, si debería atenderse el rubro desde un punto de vista de salud pública o de seguridad nacional. El 58 por ciento considera atenderla como una problemática de salud; y el 42 por ciento prefiere abordar el tema como una problemática de seguridad nacional. De avalarse una regulación a favor del consumo de la mariguana, “la legislación tendría que ir acompañada de una importante campaña de prevención y de educación —dice Castañeda— porque no se trata de alentar el consumo de la mariguana, se trata de disuadir con argumentos, pero no de manera coercitiva”.E insiste: “Hoy en día tenemos acuerdos e información suficiente —entre las personas que estamos involucradas en el tema de la legalización en México y en toda América Latina— de que el daño que indudablemente existe es menor. Por ejemplo, es imposible morir de una sobredosis de mariguana, no ha sucedido hasta hoy en el mundo, seguramente habrá algunos loquitos que estén buscando dónde sí ha sucedido para hacerle un monumento al occiso, pero al día de hoy no lo hay. El uso recreativo de la mariguana ha dejado de ser marginal”. —Si en un momento dado se aprueba esta despenalización, ¿cómo sería el trabajo con el Estado, el Estado se encargaría de sembrarla y distribuirla o cómo sería el negocio con los carteles para que surtan esta mariguana legal? —Nosotros solo estamos hablando por ahora de consumo, eso quiere decir que seguiría prohibida la producción y la venta de la mariguana. Efectivamente, es una situación contradictoria y probablemente a la larga insostenible, pero es un primer paso que queremos dar. “Hay una serie de intentos, el más reciente y el más interesante es el de Uruguay, que justamente trata de resolver ese problema. ¿Cómo se garantiza? Uruguay resolvió el tema con tres instrumentos, uno, la autoproducción; dos, las licencias; es decir, el Estado —en este caso la ciudad de México— le expide licencias a determinados individuos o negocios para vender mariguana como lo hace con el alcohol y con los cigarros; y tres, a través de los clubes de cannabis, que son clubes donde la persona se tiene que registrar y dentro de esa cooperativa el integrante puede comprar y vender mariguana solo dentro del club.“Es como sucede hoy en día con la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Un ejemplo, la empresa General Motors de Silao, Guanajuato, puede generar electricidad en México para autoabastecerse, pero si tiene excedentes durante el día, durante el mes o durante el año, se los puede vender a la CFE. No nos lo puede vender a nosotros, solo a CFE. Pasa lo mismo con la cannabis, yo tengo mi planta de mariguana en casa, produzco, hago autoabastecimiento, tengo un excedente por las razones que tú quieras y ese excedente se lo puedo vender a alguien más del club, no fuera de él. “¿Todo esto es perfecto? No porque puedo hacer trampas. No es por el pequeño excedente que tengo en mi casa, sino que si cuento con un rancho gigantesco en el estado de Morelos donde estoy —supuestamente— autoproduciendo, pues tengo una cantidad de excedentes enormes”. —Es decir, ¿en México se tendrían que replantear los montos permisivos para no hacer de esta Ley General de Salud una ley prohibicionista o punitiva?—Sí, quizá la intención de muchos de los senadores era despenalizar, pero en realidad criminalizaron porque pusieron dosis tan pequeñas para todas las drogas que, en los hechos, o llevas más o no llevas. “Aproximadamente, cinco gramos son entre uno o dos churros (cigarros) de mariguana. Para empezar, nadie te vende cinco gramos, y en segundo lugar, si vas a pasar un fin de semana con un novio o una novia, o si vas a tener una fiesta en tu casa, pues no va a ser con dos churros, vas a comprar más. “En los hechos criminalizaron porque ahora la cárcel es obligatoria cuando antes era discrecional por parte del juez. Lo que procede por ahora es aumentar las dosis máximas permitidas de posesión —y entiéndase, uso—, en lugar de cinco gramos replantear el monto a 25 o 40 gramos. Cuarenta gramos es lo que propone Uruguay, y en Portugal es lo que consume un usuario no adicto durante una semana”. Perder a un aliado En 2012, el Colectivo por una política integral hacia las drogas (Cupihd) realizó una encuesta entre usuarios de drogas ilegales en la capital del país, en la cual se estimó el mercado de la mariguana en la ciudad de México en un monto total de 30 millones de dólares. Con esa estimación, especialistas calculan que el mercado nacional de mariguana podría ser de hasta 300 millones de dólares, y en términos de volumen, podría alcanzar hasta las 250 o 300 toneladas. Si la mariguana se legalizara a nivel nacional, el mercado se elevaría entre 400 y 500 toneladas, asegura el estudio. Sin mencionar que se obtendría un valor agregado en el mercado de alrededor de 2000 millones de pesos anuales si este se multiplica por 4.7 pesos por gramo de mariguana, de los cuales, el 62 por ciento corresponden al pago de impuestos para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), es decir, entre 1165 y 1428 millones de pesos.De tal magnitud son las retribuciones económicas de la cannabis en México, que es evidente que Estados Unidos perdería a un gran aliado en el combate al narcotráfico en caso de que este logre despenalizar el consumo de la mariguana en el Distrito Federal. Jorge Castañeda opina al respecto: “Yo creo que Estados Unidos sí perdería un aliado, aunque no necesariamente al día siguiente. “Yo pienso que si se logra legalizar en el Distrito Federal y si el gobierno federal, el gobierno de Peña Nieto, decide no pelear dicha legislación como lo hizo Obama en Colorado y Washington, se le dificultaría cada vez más al gobierno cumplir con los estadounidenses tal y como ellos quisieran que se hiciera. Una vez aprobada la legalización en la ciudad de México, esta sería una caja de resonancia del país entero”.—¿Se verían afectados los programas de cooperación bilateral? —En primera, son muy pequeños. El Iniciativa Mérida era muy pequeño, son como 300 millones de dólares al año y va decreciendo. En una economía de 1.6 billones de dólares, esa cantidad es insignificante. Probablemente dejarían de existir”. —¿Por qué el gobierno de Estados Unidos es tan renuente a la despenalización del uso de la mariguana? —Hay distintas opiniones dentro del gobierno de Estados Unidos. Creo que Obama ha mostrado en los hechos un desprecio benigno, es decir, no se mete en el tema de la legalización. No se metió con ninguno de los estados donde está permitido el uso terapéutico, al contrario, ha permitido que se utilice la mariguana en los hospitales federales, en particular los de veteranos, que son todos del Poder Ejecutivo Federal norteamericano. “Él hubiera podido vetar el uso médico en la ciudad de Washington, en el distrito de Columbia, y no lo hizo. Hubiera podido cuestionar jurídica o incluso policiacamente la legalización en Colorado y en Washington, y lo que dijo —y hasta ahora ha cumplido desde diciembre— fue ‘yo no me voy a meter, tengo otros asuntos que hacer’”. —Se ha demostrado que es posible legalizar sin ir acorde con una política o algún acuerdo internacional con Estados Unidos, el ejemplo más claro es Uruguay. ¿México está a ese paso? —Hay varios ejemplos, es posible que Uruguay lo logre, pero está el de Portugal, que legalizó el consumo de todas las drogas hace 12 años, no la producción y no el comercio, pero sí el consumo. De nuevo en una situación un poco contradictoria por no decir absurda, pero bueno, lo hicieron. “En pocas palabras, hay muchos elementos, muchas rendijas por las que puede un país transitar sin tener que denunciar cualquiera de las tres convenciones, los tres principales tratados de fiscalización internacional de drogas o salirse de la JIFE, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes”. Acabar con el legado En su departamento de la ciudad de México, la charla fluye con Jorge Castañeda. Rodeado de libros y de múltiples fotos donde aparece con personajes de la vida política nacional e internacional, como la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton; Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, o el expresidente de México Carlos Salinas de Gortari, el autor de Mañana o pasado: el misterio de los mexicanos, afirma que de aprobarse dicha legislación, el Distrito Federal se posicionaría como una de las ciudades más modernas del mundo. Luego de agotar un extenso cuestionario, Newsweek en Español plantea al escritor mexicano: El problema del tráfico de drogas viene de mucho tiempo atrás, ¿durante su ejercicio como secretario de Relaciones Exteriores hubo alguna posibilidad de detener este tipo de manejos lícitos durante el gobierno de Vicente Fox? —No, al menos en el tiempo en que yo estuve en mi área no. Lo que sí se pudo hacer durante esos años fue lo que llamamos ‘desnarcotizar’ la agenda con Estados Unidos. El narcotráfico dejó de ser un tema central. “Para empezar, logramos convencer al senado estadounidense de que suprimiera el proceso de certificación anual que había sido un dolor de cabeza para todos los gobiernos mexicanos, colombianos, peruanos, bolivianos, por lo menos esos cuatro, sin hablar de los de Asia. En el 2001 desapareció eso, en gran medida porque Vicente Fox se los pidió. “Fuera de eso es difícil saber si se pudo o no controlar la expansión del narcotráfico en México. Se les fue Joaquín el Chapo Guzmán, por ejemplo. Si fue culpa de Fox que se haya fugado el Chapo, es culpa de Peña que se fugó Caro Quintero. —¿Es una por otra? —Yo no sé, nada más digo. Lógicamente si se le echa la culpa a Fox de que cómo es posible que dejó ir al Chapo, pues cómo es posible que Peña Nieto dejó ir a Caro Quintero. Porque no me salgan con el cuento de que fue un juez y el director del penal federal los que a la medianoche tenían tal urgencia y tal eficiencia en la administración de justicia que era imprescindible soltarlo de inmediato.“El expresidente Ernesto Zedillo capturó o arrinconó a gente muy importante como Amado Carrillo Fuentes, que muere, pero muere porque se ve obligado a una cirugía estética y muere en la plancha. Fox atrapa a Mario Villanueva, a Osiel Cárdenas Guillén y a uno de los hermanos Arellano Félix. Calderón detuvo a Heriberto Lazcano y dos o tres capos más no muy grandes, pero hizo su labor. “De hecho, yo estoy más que dispuesto a darle el beneficio de la duda a Calderón de que él mismo nunca se imaginó lo que iba a pasar, pero no tuvo el valor ni la valentía de cambiar de rumbo cuando empezaba a darse cuenta de lo que estaba pasando; porque todo es a partir de mediados de 2008, cuando se dispara la violencia brutal, la hubiera podido frenar y no lo hizo”. —¿Qué opinas de la captura del Z-40, Miguel Ángel Treviño Morales? —Me pareció muy bien, qué bueno que lo capturen, sabíamos que iba a pasar lo que pasó, es decir, un repunte de la violencia después de la captura como es absolutamente lógico y previsible. “No me convencen las explicaciones, o las posturas según las cuales esta captura se debió a la estrategia distinta que se ha puesto en práctica con Peña Nieto. Creo que esta captura se debe a una conjunción de factores que llevaron a la captura de muchos capos igual o más importantes que el Z-40 de los últimos tres o cuatro sexenios, es decir, no creo que en una detención puedas encontrar la huella de una estrategia distinta, yo no lo creo. No soy policía, no sé mucho de esto, si sé lo que ha sucedido en los últimos 30 años en México, y me parece que es muy difícil ver reflejada en una captura toda una estrategia nueva. —Usted puede estar de acuerdo o no en que el actual gobierno está siguiendo la misma estrategia que utilizaba Felipe Calderón… —La verdad, como ya no habla el gobierno de esto y no divulga gran cosa, es muy difícil saber cuál es la estrategia; sé cuál es la estrategia comunicativa, pero la otra yo no sé cuál sea. No tengo la menor idea. —Finalmente, ¿qué pronóstico haría sobre el debate de la legalización de la mariguana, en qué punto nos encontramos? —Yo creo que sí se va a aprobar algo en el Distrito Federal, en meses, cuando mucho un año; no quiero ir al detalle de qué porque no sé, pero algo sí. Desde lo mínimo hasta quizá clubes de cannabis. “Segundo, creo que el gobierno federal no va a interponer recursos para frenar la iniciativa, lo va a dejar pasar; no lo va a aplaudir, no lo va a imitar, pero no lo va a pelear. Es mi impresión. “Y tres, creo también que la opinión pública va a cambiar en el Distrito Federal, probablemente no cambie antes de que cambie la ley, lo que vimos con la interrupción legal del embarazo y los matrimonios entre personas del mismo género fue que, la opinión pública en la ciudad de México estaba aplastantemente en contra, dos o tres a uno en las encuestas antes de las leyes, después de la aprobación de las dos leyes se volcó la opinión y hoy hay una mayoría favorable tanto al aborto y a los matrimonios entre personas del mismo género. “Yo creo que la opinión respecto al tema de la mariguana va a cambiar, pero una vez que cambie la ley, antes no”.