La Organización de Estados Americanos (OEA) insiste en la conveniencia de despenalizar el consumo de drogas en el continente. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se ha posicionado contra la política de represión este viernes en un foro tricameral sobre drogas en el DF. “La guerra parece una guerra sin fin si hemos de atenernos solamente a la lucha contra la oferta”, ha dicho Insulza, que ha presentado en México el Informe sobre el Problema de las Drogas, público desde la primavera pasada.Insulza ha destacado que, de acuerdo con el informe, América concentra el 45% del total de consumidores de cocaína del mundo, la mitad de los usuarios de heroína y una cuarta parte de los de marihuana. El continente también ha experimentado un aumento en el consumo de pasta base de cocaína, crack, e inhalables, drogas sintéticas y fármacos. Las drogas mueven 84.000 millones de dólares al año en el mundo, de los cuales 34.000 millones se concentran en EE UU.Confiscar, ha asegurado el secretario de la OEA, no sirve de mucho: “Mayores confiscaciones equivalen a mayores producciones. Producir no cuesta, lo que cuesta en términos de riesgo es transportarlo y toda la cadena de corrupción” que acompaña al traslado. Como ejemplo, Insulza ha dibujado el trayecto de la pasta base de cocaína: valorada en torno a los 650 dólares al salir de la selva, se revaloriza hasta los 15.000 dólares en la frontera hacia Estados Unidos, donde el kilo procesado cuesta unos 330.000 dólares.El mandatario cree que el problema de las drogas puede tratarse distinto en cada país. Uruguay es pionero en la regularización del cultivo, producción y venta de marihuana, y la izquierda de la capital de México planea presentar un borrador para flexibilizar la ley en materia de drogas (en México es legal portar ciertas sustancias, como el cannabis, pero en muy pequeña cantidad). “No hay ningún país en las Américas que esté exento (del problema), pero tienen problemas distintos”, ha puntualizado. La mayor violencia, ha señalado, se da en países de tráfico, donde los carteles de la droga se disputan los cargamentos. Los demás tampoco se libran de problemas de salud pública o corrupción.La despenalización que propone la OEA, ha aclarado Insulza, va en la línea de tratar a los adictos como enfermos (el 7% de los 234 millones de consumidores mundiales, según Insulza) y evitar la “receta precisa” para la adicción: la cárcel. En América, recordó, aproximadamente dos millones de personas están en prisión por delitos relacionados con las sustancias ilícitas.