ENTREVISTA. Jorge G. Castañeda Copresidente del Consejo Estratégico Franco-MexicanoSilvia Garduño La relación México-Francia ha rendido frutos mínimos en los últimos 50 años, que no son congruentes con la relevancia de la relación histórica y de afecto que existe entre ambos países, opina Jorge Castañeda, copresidente del Consejo Estratégico Franco-Mexicano. En vísperas de la llegada del Presidente François Hollande al País, el ex Canciller asegura que es momento de definir lo especial o lo preferente de la relación, recién reconstruida luego del caso de Florence Cassez. En entrevista, manifiesta que durante la visita de Estado del Mandatario galo se firmarán acuerdos relevantes en materia energética, pero también en el sector de la aeronáutica. ¿Cuáles son las expectativas de la visita de Hollande? Podemos lograr avances muy importantes en el tema aeronáutico y de posible fabricación en México de aviones no tripulados, con transferencia de tecnología, con formación de nuestros ingenieros en Francia, con apoyo de la empresa en cuestión a las universidades del País donde se decida instalar. Hay elementos comerciales, de compra de helicópteros, hay algo muy interesante que es la cooperación entre la empresa pública-privada francesa EDF, de electricidad, con CFE. Aunque hay un diferendo superable, pero espinoso, entre la empresa petrolera francesa Total y Sener en México, entiendo que están muy cerca de firmar un acuerdo de exploración y explotación de shale gas con una empresa del norte del País. ¿Qué nos puede adelantar sobre el informe que presentará el Consejo? No podemos adelantar nada porque todavía están negociando los dos Gobiernos los términos de la declaración conjunta. Lo que sí es obvio es que hay un contenido suplementario en la relación con Francia que trata de volver a donde estábamos antes. Hay una relación histórica con Francia muy importante, hay un enorme afecto, ha habido enormes coincidencias políticas a lo largo de los últimos 50, 60 años, incluso más, pero en términos económicos, financieros, turísticos, ha sido una relación relativamente pequeña que se deterioró aún más durante el periodo de crisis. Ahora podemos no sólo retomar, sino superar el status quo ante. ¿De qué manera ha incidido en la reconstrucción de la relación? En lo personal incido muy poco. Creo que el conjunto de integrantes del Consejo hemos podido facilitar algunas cosas, proponer cosas. No somos una panacea, no podemos resolver problemas irresolubles ni tomar decisiones que los Gobiernos no quieran tomar, pero podemos dar argumentos para que decidan; formular propuestas, abrir caminos. Es lo que estamos haciendo y creo que la experiencia de estos primeros nueve meses ha sido útil. ¿Por qué la relación no ha sido tan fructífera? Es un poco el fondo de esta expresión del Consejo Estratégico. Si tú tienes una relación estratégica con todo el mundo, quiere decir que no la tienes con nadie. Hay que definir qué se entiende por estratégico. No sé cuál sea la definición que los dos Gobiernos están contemplando, pero en mi opinión y en la de mi contraparte del lado francés, estratégico quiere decir que hay un sesgo a favor del otro país. ¿Una preferencia? Es una preferencia. Un ejemplo. Yo podría comprarle 20 millones de grabadores a uno de 10 países y he decidido comprárselas a Francia; no tanto porque sean mejores o más baratas, sino porque quiero tener una relación especial, preferente, con Francia. Sabemos que la inercia te lleva a resultados chiquititos. Ha habido momentos estelares en lo político, pero si vemos el conjunto de la relación, está muy por debajo de lo que hubiéramos querido. Si seguimos haciendo las cosas como las hacíamos, las mismas causas van a generar los mismos efectos. ¿Es decir que necesitamos mayor congruencia? Congruencia entre lo que se dice y lo que se hace. Me pareció muy interesante que el Presidente Peña Nieto haya tomado la decisión de incurrir en costos políticos importantes para tratar de recolocar la relación con Francia al nivel, por lo menos, donde estaba antes, y construir un piso nuevo desde donde crecer. Francia ofrece mucho. Doy un ejemplo, es importante para México ampliar su capacidad de generación eléctrica a partir de lo nuclear. Podemos hacerlo o no. Si decidimos que sí, podemos abrirlo a que gane el mejor postor o tomar la decisión estratégica en un asunto de seguridad nacional de darle los contratos a Areva, una de las más competitivas en energía nuclear en el mundo. Todas las decisiones son legítimas, pero lo que no puedes hacer como un país serio es ir con los franceses (y) decirles: "quiero tener una relación estratégica contigo, pero fíjate que no vamos al cine". ¿Cuál es la lección del caso Cassez? Afectó muchísimo, lo que alegamos ahora es que hay que mirar hacia adelante y no eternizarnos en esta etapa tan lamentable. Los franceses deben sacar las lecciones que a ellos les incumban. Los mexicanos debemos sacar como lección que, o queremos tener un Estado de derecho presentable ante otros, o pagamos las consecuencias de no tenerlo. La segunda lección es que los países que tienen intereses y población fuera de su territorio se obsesionan con su defensa. Más allá de si teníamos razón o no en el caso Cassez, necesitamos saber que ellos van a defender a su gente. No es (Nicolas) Sarkozy, son todos, de (Charles) De Gaulle hasta el que le siga a Hollande. ¿Ve algún paralelismo con el caso Versini&#;