Dos encuestas de intención electoral y aprobación presidencial, si no son totalmente coincidentes, plantean un panorama interesante. Como varios colegas se han centrado en el tema electoral, quisiera reseñar la evaluación del desempeño de Enrique Peña Nieto, ya que estoy convencido de que en algún momento lo electoral y lo presidencial convergerán. Comparto lo que se dice de EPN: la elección de junio será un referéndum sobre su gestión.La encuesta GEA-ISA sugiere una leve mejoría en la aprobación de EPN: de 41% que lo aprobaban y 52% que desaprobaban a finales del año pasado, a 44% de aprobación y 47% de no aprobación. Resultado ligeramente mejor que antes. Lo mismo sucede con las preguntas sobre EPN como persona o gobernante. La gente lo aprecia como persona pero lo rechaza como gobernante. Esta encuesta da motivos de cierto optimismo al gobierno y al PRI, salvo en un par de flancos débiles. A la pregunta de si creen que EPN ha sido honrado como gobernante, 16% dice que sí; en cuanto a su éxito en distintos frentes, los más bajos son: combate a la corrupción y mejoramiento de la seguridad: ambos 8%. Si nos remitiéramos solo a la de GEA-ISA, persisten motivos de preocupación para el gobierno, pero la imagen del Presidente mejora un poco desde un nivel muy bajo.La encuesta de Parametría es más complicada. Hay dos preguntas de evaluación general del gobierno, y ambas son fatales: 1) la aprobación o desaprobación de cómo EPN realiza su trabajo: la primera se encuentra en 39%, el nivel más bajo del sexenio, dos puntos inferiores a febrero de este mismo año, y 10 puntos abajo de octubre de 2014. 2) la desaprobación se ubica en 58%, también el nivel más alto del sexenio, y dos puntos arriba de febrero. Datos críticos.La cifra más devastadora es la pregunta de si el país va por el camino correcto. Un 70% dice que va por el equivocado, 12 puntos más que en enero, y solo 27% piensa que va por el correcto, 13 puntos menos que en enero. La brecha entre el camino correcto y el equivocado es de 43 puntos.Difícil ganar una elección con una brecha de esta magnitud, a menos que los votantes puedan disociar al Presidente y a su gobierno del camino que ha tomado el país, o puedan disociar al partido de su Presidente.De Parametría, las cifras son mucho más alarmantes para el gobierno y más alentadoras para la oposición. Lo que no queda claro es si podrán aprovechar esta situación, o si el gobierno podrá revertirla en los meses que faltan para las elecciones. No creo.