Mientras nosotros seguimos mirándonos el ombligo con los delirios mañaneros de López Obrador, ahora acompañado —como buen palero/patiño— de Pablo Gómez, el panorama internacional se complica para todos y en particular para México.
Mientras nosotros seguimos mirándonos el ombligo con los delirios mañaneros de López Obrador, ahora acompañado —como buen palero/patiño— de Pablo Gómez, el panorama internacional se complica para todos y en particular para México.