La nueva explosión de la violencia —Salvatierra, Salamanca, Zacatecas— muestra por enésima vez que la estrategia de “abrazos, no balazos”, en la medida en que alguna vez haya existido como estrategia, no funciona.
La nueva explosión de la violencia —Salvatierra, Salamanca, Zacatecas— muestra por enésima vez que la estrategia de “abrazos, no balazos”, en la medida en que alguna vez haya existido como estrategia, no funciona.