Como “una suerte de malos entendidos enormes” catalogó la ex canciller del Gobierno de Ricardo Lagos, Soledad Alvear, lo que ha sido definido como el momento más tenso de las relaciones entre Palacio Miraflores y La Moneda.Era abril de 2002 y el fallecido Presidente Hugo Chávez enfrentaba un golpe de Estado que lo tendría 48 horas fuera del poder. El hecho ocurría en momentos en que los Presidentes y cancilleres de los países integrantes del Grupo de Río estaban reunidos en Costa Rica.“Junto con el entonces canciller de México Jorge Castañeda, que es una persona de izquierda, nos pusimos a conversar y comenzamos a redactar una propuesta de declaración de todos los Presidentes del Grupo de Río (condenando los hechos) y llevamos esa declaración a la reunión de Presidentes y tuvimos que defenderla, porque había una crisis de diferencias”, explicó Alvear en canal 24 Horas.La precisión de Alvear se produce a raíz de que la administración de Lagos no sólo no condenó en un primer momento los hechos, sino que, incluso, dejó entrever que la administración de Chávez era responsable de lo sucedido.En efecto, el entonces embajador de Chile en Venezuela, Marcos Alvarez (PRSD), señaló –en las primeras horas posteriores al golpe de Estado- que “aquí no ha habido golpe de Estado. No lo ha habido (…) Me asombra la tranquilidad y civilidad de este pueblo, empapado de democracia durante 40 años. Las democracias, sabemos, también somos imperfectas, pero son democracias al fin y al cabo” y agregó que "el nuevo Presidente (Pedro Carmona) tiene una excelente relación con Chile".Esas palabras sumadas a un comunicado de la Cancillería, en que se señalaba que “el Gobierno de Chile lamenta que la conducción del Gobierno venezolano haya llevado a la alteración de la institucionalidad democrática, violentando la Carta Democrática Interamericana”, sellaron la salida de Álvarez, a quien el Presidente Lagos pidió la renuncia por declaraciones que fueron consideradas “poco afortunadas” por La Moneda, que quedó en una incómoda posición frente a Palacio Miraflores, al cual retornaba Chávez. En este contexto, Alvear agregó que “cuando en Chile salió que nosotros apoyamos el Golpe, Jorge Castañeda ha escrito en muchas ocasiones que eso no es efectivo y ha relatado estos hechos”.LOS DICHOS DEL EX CANCILLER MEXICANODe hecho, Castañeda ha señalado que México y Chile impidieron en abril de 2002 que prosperaran iniciativas de Estados Unidos, España, Colombia y El Salvador para que tuviera éxito el Golpe de Estado contra el fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez.“No sólo dijimos que no (apoyarían al empresario Pedro Carmona, quien asumió brevemente el mando en Caracas) sino (que), sobre todo con los chilenos, volteamos la asamblea y gracias al trabajo de (la ex canciller) Soledad Alvear y mío, los presidentes del Grupo de Río decidieron mandar más bien una declaración de apoyo al orden constitucional”, explicó Castañeda al diario Reforma en noviembre de 2004. LA VERSIÓN DE CHÁVEZSin embargo, el episodio fue recordado por el propio Chávez en 2004, durante la Cumbre de las Américas, que se realiza en Monterrey, México, al expresar que -en su opinión- el Gobierno de Chile apoyó el golpe de Estado que lo tuvo fuera del poder entre el 11 y el 13 de abril de 2002."Fuimos muy humildes con el Gobierno chileno, saben cuándo, cuando (para) el golpe de Estado el Gobierno chileno emitió un comunicado apoyando prácticamente el golpe", aseguró."Yo me quedé callado. Y saben, cortó la cuerda por el lado más delgado. Sacaron al embajador. El embajador chileno fue a despedirse, yo lo recibí, y casi llorando me dijo ‘yo soy inocente, yo cumplí instrucciones y me están sacrificando a mí, y lo cambiaron", recordó Chávez.