Ahora que están de moda las candidaturas independientes, incluso en el seno de la ex familia presidencial, que primero se opuso a ellas durante dos años y medio, después las apoyó, y luego todo lo contrario, conviene recordar parte de los argumentos que esgrimió el Estado mexicano en contra mía en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Retomo la sentencia de la CIDH de agosto de 2008, citada por Santiago Corcuera en un ensayo de 2010.
“El Estado mexicano, a través de sus representantes —la SRE, el IFE y Presidencia— argumentó, entre otras cosas, que su sistema de registro de candidaturas responde a la necesidad de organizar un proceso electoral en una sociedad de 75 millones de electores, en la cual las candidaturas independientes podrían … propiciar la multiplicación de los aspirantes a los cargos públicos, de manera que la representación popular se fragmentaría y se llegaría a un grado tal que el proceso electoral no resultaría operativo, por la complicación que se podría generar en sus diversas etapas (párrafo 188). Las candidaturas independientes: i) dificultarían la fiscalización del financiamiento, lo que podría generar el predominio de intereses privados sobre el interés público, incluso la posibilidad de actividades ilícitas relacionadas con desafíos … que enfrenta el país, particularmente aquellos referidos al crimen organizado a gran escala; ii) podrían provocar la dispersión de los fondos públicos dado el financiamiento predominantemente público a los candidatos, volviéndose un sistema absolutamente incosteable, con la consecuente y evidente desigualdad entre los candidatos postulados por los partidos políticos y los que eventualmente concurran por sus propias vías; y iii) establecerían un sistema muy complejo de administrar igualitariamente los procesos electorales … La introducción de candidaturas independientes implicaría un cambio radical del sistema electoral que ha sido probado exitosamente en la última década” (párrafo 189) … El sistema de nominación a cargo de partidos políticos responde a distintas necesidades sociales … a una necesidad de carácter histórico y político, la de crear y fortalecer un sistema de partidos políticos en donde no existía, y donde por el contrario, había un régimen de partido hegemónico o partido oficial del Estado (párrafo 187).”
¿Tons qué, Margarita Zavala de Calderón?