Jorge G. Castañeda
Insistir en que todos los partidos y sus candidatos son iguales es hacerle el juego al PRI y al gobierno, dicen quienes han visto cómo en Europa y Estados Unidos la ultraderecha utiliza este razonamiento para desalentar el voto y ganar elecciones. En el Estado de México, sin embargo, es imposible no llegar a esa conclusión al término de una de las campañas más repugnantes que hemos atestiguado en México desde hace años.
Los cuatro partidos repartiendo tinacos por doquier, constituye uno de los ejemplos más representativos. Como dijo un amigo que vive en el Edomex, ya hay más tinacos que fuentes de agua en esa entidad. Los videos de Eva Cadena recibiendo dinero, de Delfina Gómez aceptando los descuentos de 10% a los sueldos de los empleados de la municipalidad de Texcoco cuando era alcaldesa, y los ridículos montos declarados por todos los partidos, empezando por Morena, de las sumas gastadas en la campaña, son una prueba más.
¿Quién puede creer que en el reporte a la autoridad electoral al 27 de mayo, Morena haya gastado 85 millones de pesos (el total mayor), y Del Mazo 72 millones (segundo lugar)? Hemos visto cifras en distintas columnas que hablan de un gasto por parte del gobierno federal y estatal entre 11 mil millones de pesos y más de 50 mil millones a favor del candidato del PRI, tanto en obra pública realizada específicamente con ese fin, como en propaganda, acarreos y compras de votos o de credenciales. El PAN ha gastado menos y ha hecho menos, y su despilfarro menor redundará en un resultado menor… como el que seguramente se esperaba en Los Pinos, en la campaña de la candidata y en la dirección nacional de ese partido. El PRD declaró un menor gasto, pero la suma no refleja todo lo que el gobierno estatal le aportó a su candidato. Se vale sospechar que en 2016 Cuitláhuac García, en Veracruz, recibió apoyo de Javier Duarte para evitar un triunfo de Miguel Ángel Yunes, y también se vale pensar que Eruviel Ávila hizo lo mismo con Zepeda para quitarle votos a Delfina.
Muchos –entre otros Carlos Elizondo– han denunciado la pasividad del INE ante semejante chanchero, como dicen los chilenos. Su razón de ser era impedir que una autoridad electoral local se encontrara capturada por el partido en el gobierno estatal, sobre todo cuando no hubiera alternancia en el estado. Mejor ejemplo de captura y de no alternancia que el Edomex, imposible. Y mayor riesgo de una elección de Estado que en el Edomex, también. No veo razón alguna para dudar que el presidente Peña Nieto piensa retirarse a Ixtapan de la Sal a jugar golf a partir de 2019. Si pierde el PRI, que ni lo piense.
El mejor argumento a favor de una candidatura independiente a la Presidencia es la elección del Estado de México. Todos los partidos, por sus razones y a su escala, hicieron lo mismo. Todos se endrogaron con sus fuentes de financiamiento, y todos deberán rendirles cuentas y pagar facturas. Si alguien a estas alturas cree todavía que en 2018 algún candidato, de algún partido, actuará de modo diferente, es un iluso o un cínico. Si todos los secretarios de Estado de EPN fueron cómplices del cochinero de Del Mazo, ¿por qué no lo serían de sí mismos el año entrante? Un independiente no será un santo, pero no podrá ni le convendrá incurrir en estas marranadas. Sobre advertencia no hay engaño.