Todas las comparaciones son imperfectas, y muchas corren el riesgo de distorsionar la realidad, aun cuando la reflejen parcialmente. Algunas, sin embargo, son imaginativas y perspicaces, y nos permiten captar hechos que de otra manera no necesariamente detectaríamos.
Es el caso de una comparación ocurrente que vi en Twitter ayer, posteado por un tal SimónR, que aparece como @SimonDePiedra, seguramente un nom de plume tras del cual existe una persona que prefiere protegerse con el anonimato. De tal suerte que no sé de quién se trata, ni si ha subido otros tuits serios o ridículos. Pero este me pareció ingenioso: “Han vacunado a más mexicanos en EE. UU. que en México”. Incrédulo, traté de hacer algunos números, con algunas precisiones, y resultó que sí, en efecto, Simón tiene razón.
Ilustración: Víctor Solís
El tuitero no ofrece datos, pero son fáciles de construir. Primero, una definición: hablemos de ciudadanos mexicanos en Estados Unidos, no de mexicano-americanos de primera, segunda o tercera generación. Estos últimos tendrán el origen mexicano, pero son ciudadanos norteamericanos, pagan impuestos en Estados Unidos, y sólo podemos considerarlos mexicanos desde esa perspectiva. Hay unos 12 millones de nacionales en Estados Unidos, con o sin papeles, con o sin la doble nacionalidad, nacidos en Estados Unidos de padres mexicanos o nacidos en México. Son mexicanos a cabalidad: pueden votar en México, adquirir propiedades en México, conservar sus derechos ejidales, de pensión o seguridad social, según su situación individual.
La población de Estados Unidos, a reserva de las cifras del Censo de 2020, es de aproximadamente 330 millones; la proporción de mexicanos es entonces de 3.7 %. Al día de ayer, habían sido vacunadas en Estados Unidos 36 millones de personas, la gran mayoría una sola vez todavía. De tal suerte que si hubiera una distribución perfecta entre etnias, nacionalidades, personas autorizadas e indocumentadas, 1.3 millones de ciudadanos mexicanos habrían sido ya vacunados (3.7 % de 36 millones).
Ahora bien, la distribución probablemente no sea perfecta. Tal vez los mexicanos, como los latinos y los afroamericanos, no reciban una proporción de las vacunas equivalente a su porcentaje de la población. No es necesariamente cierto, ya que la mayoría de los 36 millones de vacunas estadunidenses provienen de Texas y California, donde se encuentra la mayoría de los mexicanos. No obstante, suponiendo que la distribución desfavoreciera a pesar de ello a los mexicanos, habría que agregar a los vacunados de nuestro país en Estados Unidos a una importante cantidad de habitantes de la zona fronteriza mexicana con doble nacionalidad (cientos de miles). No me refiero, por supuesto, a los ricos de Monterrey, de la Ciudad de México y de muchas otras regiones, que han conseguido vacunas en San Antonio, Houston, Miami y Dallas.
Al día de ayer, según Gatell, en México hemos vacunado a 695 000 personas. Es un poco más de la mitad de los mexicanos vacunados en Estados Unidos, con las correcciones, aproximaciones y acercamientos que hemos mencionado. El vecino del norte es un país más grande, más rico, más eficiente, y todo lo que se quiera. Pero esta es una muestra de la disparidad entre un gobierno y otro. SimóndePiedra tiene razón.
Van dos más. El 4 de febrero, Estados Unidos vacunó a 1.3 millones de personas. Ese mismo día, México le aplicó una vacuna a 5000 ciudadanos: 230 veces menos. Aleguen lo que quieran: somos pobres, los gringos acaparan las vacunas, los países ricos se agandallan todo, Estados Unidos tiene dos veces y media más habitantes que nosotros. 230 veces más. Otra: al 4 de febrero, según Our World in Data, México llevaba 0.5 vacunas por 100 habitantes. Chile alcanzó 1.5, la máxima en América Latina; Brasil 1.3; Argentina 0.9. Vamos requetebién.