En teoría ya debieran empezar las campañas presidenciales, con independencia de lo que digan leyes inaplicables, y por lo tanto dignas de no ser respetadas. Digo inaplicables y no injustas: las leyes injustas igual deben ser respetadas, hasta que se cambien. Las leyes que a todas luces son inaplicables deben ser simplemente ignoradas, como la pena de muerte en México por traición a la patria, que tengo entendido sigue vigente. El INE y el Tribunal ya consideraron que todo lo que se ha hecho hasta ahora es legal, y debieran hacer lo mismo hacia adelante: desde ahora hasta principios de noviembre, luego para las precampañas oficiales, y para todo lo que viene después.
Ya hay dos coaliciones, dos candidatas, falta MC pero cada vez importa menos. Sin embargo, en nuestra aberrante arena electoral, vino a distraer la atención un acontecimiento menor, que posiblemente se convierta en una fuente de irritación y molestia para Morena, y que es la impugnación del proceso de designación de Claudia Sheinbaum como su candidata por Marcelo Ebrard. Es una distracción porque obviamente no prosperará la protesta ante las instancias de Morena, y es un irritante porque puede prosperar ante las autoridades electorales. Pero al final, ese es un problema de Morena, y la aceptación por Dante Delgado de la posible candidatura de Ebrard es asunto de Movimiento Ciudadano. Allá ellos. Todo lo demás es literatura.
Por ello el Frente Amplio y su candidata deben dejar de ocuparse de todo eso, salvo para ofrecerle a Dante una porción de pastel apetitosa en materia de diputados, senadores y gobernadores, una oferta parecida a la que supuestamente le ofrecieron hace un año: cincuenta diputaciones, doce senadurías y la gubernatura de Jalisco. Lo importante ahora reside en dos tareas simultáneas, y en parte contradictorias (pero la inteligencia, según los clásicos, consiste en manejar al mismo tiempo dos ideas opuestas en la cabeza).
Por un lado, urge que el FAM eleve el conocimiento de su candidata entre los sectores populares. En promedio, a nivel nacional, anda entre 45 y 50 %. Pero en los segmentos E+, D y C-, o entre los deciles 2 a 6, se ha de ubicar en mucho menos: alrededor de 20 %. López Obrador comenzó, hace meses, a retratar a Xóchitl, a través de las mañaneras —que sí llegan a esa parte de la población— de una cierta manera. Por eso subieron sus negativos. De allí la urgente necesidad de utilizar los spots actuales de los partidos para promover su imagen, ya sea como senadora, ya sea como coordinadora del FAM, ya sea como se les ocurra, para esquivar las restricciones de la normatividad electoral, sin violarla. La única otra manera de llegar a los estratos menos prósperos de la sociedad radica en estacionarse un par de días a la vez en las cincuenta mayores ciudades del país, y realizar eventos populares allí, y al mismo tiempo saturar los medios locales, pagando lo que haya que pagar (prácticamente todos son venales). Para todo este público, el énfasis debe ser uno: la historia personal de Xóchitl, las gelatinas, el mensaje es la mensajera. Aunque no le guste a la comentocracia.
Por otra parte, como muchos ya lo han dicho, el FAM y su candidata deben perfeccionar su discurso para el llamado círculo rojo. No se trata de un plan de gobierno completo, ni de la estupidez de un “proyecto de nación”. Pero sí de tres o cuatro ideas básicas, de preferencia sobre seguridad, educación, salud y crecimiento (nada más), que puede machacar en cada uno de los eventos o las entrevistas dirigidas a esa audiencia, sin confundir nunca a los destinatarios. Las redes, casi toda la radio, y toda la televisión, salvo los dos noticieros de la noche de Televisa y Azteca, son para el círculo rojo. No creo que valgan la pena, pero como al FAM y al equipo de la candidata les encantan, que por lo menos se dirijan al público que los ve o los lee o los escucha.
Estos dos meses son a la vez importantes y un poco frustrantes. La idea de algunos personajes cercanos al FAM de que se deben aprovechar para precisar los mensajes mediante grupos de enfoque y encuestas (verdaderas, no patito), para lanzar una campaña total de spots a partir de principios de noviembre, es muy buena. Pero mientras, hay que utilizar lo que hay, que es otra manera de medir efectividad. Si los números no se mueven, Houston we have a problem.