La saludable decisión de la Suprema Corte —que yo no esperaba; pensé que el gobierno lograría los cuatro votos necesarios— sobre la ubicación institucional de la Guardia Nacional constituye una derrota importante para López Obrador. Quizás la más importante de su sexenio, no tanto por las implicaciones concretas del fallo de la Corte, sino por el simbolismo que encierra.