Los últimos desplantes autoritarios del gobierno, más allá de la discusión sobre su legalidad o ausencia de la misma, pueden analizarse desde varios ángulos. Quisiera concentrarme en uno: la idea de acabar a como dé lugar los megaproyectos o elefantes blancos del sexenio, y blindarlos a futuro para que no puedan ser clausurados, vendidos o abandonados por otros sexenios.