Ya viene la ENIGH

Dentro de un par de meses, tal vez un poco más, deberá publicarse la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, levantada en 2022. Esta encuesta que levanta el Inegi desde hace tiempo en México, y que conforma una serie histórica relativamente contínua y comparable, va a decirnos mucho sobre por lo menos dos consideraciones sociales y políticas fundamentales, y tal vez algunas más.

Ilustración: Víctor Solís
Ilustración: Víctor Solís

En primer lugar, nos va a revelar si la desigualdad en México ha disminuido durante este sexenio siendo que es a partir de los datos de la ENIGH que se calcula el índice Gini, el cual sigue siendo el indicador menos malo de la manera en que se reparte el ingreso nacional entre los distintos deciles de mexicanos. Los otros indicadores relativos a la desigualdad también pueden provenir de la misma ENIGH. Se sabe desde luego que las encuestas de ingresos y gastos suelen subestimar enormemente los ingresos del decil más rico, y sobre todo del 1 % más rico, pero sí son comparables en el tiempo.

El segundo dato que nos puede arrojar la ENIGH 2022, que se debe publicar en julio de este año, es el número de mexicanos que reciben dinero a través de los programas sociales del gobierno, ya sean los nuevos como Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro; o los que existían antes en una forma diferente como Becas Benito Juárez o Pensiones para Adultos Mayores. En principio, la ENIGH, por su cobertura, por los reactivos que le permiten corregir los sesgos que cualquier encuesta tiene, podrá decirnos más o menos cuántos mexicanos reciben algún tipo de apoyo del gobierno, y el monto de los mismos. Esto no nos ayudará a saber si esas entregas son determinantes para que los mexicanos decidan su voto, ni tampoco si de ahí viene la aprobación de López Obrador, sea ésta alta o baja. Pero sí podremos saber realmente cuánta gente recibe dinero, y no solamente cuánta gente aparece en la propaganda del gobierno, o incluso en sus documentos oficiales, como siendo destinataria en potencia de esos recursos.

Un tercer dato que obviamente nos dará la ENIGH es la evolución de la pobreza y la extrema pobreza en México desde 2018. Hay sesgos también en las respuestas que da la gente, ya que en muchas ocasiones las personas encuestadas por el Inegi optan por “exagerar” su pobreza, o disimular su verdadero nivel de vida para no correr el riesgo de dejar de recibir ciertos apoyos. Pero el Inegi tiene cómo tomar en cuenta estos sesgos y suele poder llegar a una conclusión bastante confiable. Veremos entonces si ante la consigna de “primero los pobres” qué ha sucedido realmente. Sabremos, ciertamente en condiciones difíciles por la pandemia y por la contracción económica provocada por ella, y por las políticas macroeconómicas equivocadas del gobierno, si disminuyó la pobreza, se mantuvo, o incluso aumentó.

Lo que tal vez no nos permita dilucidar la ENIGH, pero que posiblemente podamos deducir con mucho trabajo y estudio, es si el gobierno de López Obrador ha incrementado el gasto social en relación a los gobiernos anteriores. En primer lugar, desde luego, habría que llegar a un claro acuerdo sobre qué significa gasto social. Se puede tratar sólo de los apoyos, en cuyo caso hay que comparar los que ha construido la 4T con los que existen en México desde hace muchos sexenios, y en particular a partir del de Zedillo. O también podría ser que por gasto social conviene incluir, en todo caso, los recursos destinados a la educación y a la salud, que no necesariamente vamos a poder conocer dentro de la ENIGH pero que en la mayor parte de los países son considerados como componentes de ese rubro. La ENIGH nos puede decir si las Becas Benito Juárez, por ejemplo, que en principio sustituyeron a Progresa, Oportunidades y Prospera, llegan a más gente o no. Lo mismo sucede con las Pensiones para Adultos Mayores: nos podrá informar sobre si las mismas implican una entrega superior de recursos a un número superior de beneficiarios, o no.

Ninguno de todos estos datos va a cambiar el voto de los mexicanos el año que entra. Votarán con lo que sienten, no necesariamente en función de los hechos reales. Pero algo de todo esto nos puede ayudar a tener un retrato más fiel de la situación social del país, en materia de desigualdad, de pobreza y de programas sociales y apoyos a la gente. Ahí veremos —y doy por sentado desde luego que los resultados de la encuesta se publicarán en la fecha en que deben ser publicados— exactamente qué ha sucedido en estos años.

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