Las encuestas recién divulgadas en torno al cuarto informe presidencial y los dos años que restan de la 4T tienen de chile, de dulce y de manteca. Como en un parador español, cada quien encuentra lo que busca. Hay buenas razones para poner felices a los morenistas, y en particular a los partidarios de Claudia Sheinbaum, y muchos motivos para deprimir a los opositores al régimen. Pero también, a pesar de las cortinas de humo, existen elementos para guardar esperanza por parte de Va por México. Por ejemplo, en la encuesta de Buendía y Márquez, Zavala y Colosio sumados empatan a Sheinbaum; aunque son candidatos ficticios, el sondeo sugiere que las cosas no están fáciles para Morena.
Pero hay un dato muy interesante, un poco escondido en la encuesta de Reforma, que alimenta mucho nuestra especulación. En el ejemplar del miércoles, Lorena Becerra publica los resultados de una pregunta que yo no había visto antes. Aclaro que en general la encuesta entera de Reforma es relativamente favorable a López Obrador, aunque no a su gobierno. La encuestadora pregunta primero quién votó por AMLO en 2018. Normalmente esta interrogante arroja un resultado superior al real: a la gente le gusta inventar que votó por el ganador. Aquí, apenas hay una diferencia de 2 puntos: 55 % contestó por AMLO, y obtuvo 53 % en la realidad.
Enseguida, Lorena convierte a quienes afirman haber votado por AMLO en un nuevo universo y pregunta: “¿Volvería a votar por AMLO para presidente de la República?”. Un 68 %, digamos dos tercios, respondieron afirmativamente. En términos de sufragios, de los famosos 30 millones de votos, López Obrador conserva 20. Parece un número elevado, pero en realidad es todo lo contrario. Ciertamente, no disponemos de un punto de comparación, o por lo menos yo no cuento con él. No he visto preguntas análogas antes. Pero este dato nos indica algo muy claro, que ya se había podido deducir de las elecciones del 2021, o de cruces anteriores por nivel educativo o de ingreso. Sabemos que Morena ha perdido a buena parte de las clases medias del país. Ahora sabemos que perdió uno de cada tres de sus votantes totales: una hemorragia fuerte.
La encuestadora seguramente tiene cruces, aunque con números muy pequeños, de quiénes son los que abandonaron a AMLO: de dónde son, de qué nivel educativo, de ingreso, hombres o mujeres, de qué inclinación política. Pero para darse una idea, si suponemos que todos los que afirmaron su decisión de volver a votar por AMLO votaran por Sheinbaum, y el padrón y la participación se mantuvieran iguales, ella obtendría veinte millones de votos. La oposición alcanzó, con MC, casi 22 millones en 2021.
Por cierto, food for thought para MC a partir de las encuestas. A menos de que postule a Colosio —obviamente, si él quiere— el partido de Dante Delgado no pasa de 7 puntos. Pero si su candidato es Colosio, el problema de la alianza con Va por México se resuelve solo: PRI, PAN y PRD se sumarían aunque hoy piensen lo contrario. De la misma manera que el PAN, con una sorprendente pero bienvenida altura de miras, parece haber antepuesto los intereses del país a los de sus alfiles en el Estado de México y haya decidido apoyar a quien el PRI decida. ¡Vaya!